El hijo de Noé

Se llama Joseph, y en 1942 tiene siete años. En Bruselas han empezado las grandes redadas contra los judíos, y su madre lo lleva a la casa de la condesa de Sully, que lo ocultará hasta que pase el peligro. Pero muy pronto llegará la policía, la condesa ya no podrá esconder al niño y lo entregará a un sacerdote para que lo lleve a la Villa Amarilla. Y allí, en un pensionado católico, el niño crecerá bajo la protección del padre Pons, un hombre justo. Que un día lo hará partícipe de su secreto: debajo de la iglesia, ha montado una sinagoga. Y por las noches estudia la Torah, la Cabala, los textos de los rabinos, y también guarda los objetos del culto que consigue salvar. En medio de la gran 'limpieza étnica' de la Segunda Guerra Mundial, un cristiano se empeña en resguardar la cultura judía, para transmitirla a esos niños que oculta de los nazis. Porque el padre Pons, como Noé, ha decidido salvar a la humanidad a pesar de sí misma.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2005 Anagrama
152
Valoración CDL
2
Valoración Socios
2.5
Average: 2.5 (2 votes)
Interpretación
  • No Recomendable
  • 1
  • En blanco
  • 2
  • Recomendable
  • 3
  • Muy Recomendable
  • 4

2 valoraciones

Género: 

Comentarios

Imagen de Mon

A mí "El hijo de Noé" me pareció un canto a la libertad. Téngase en cuenta que el protagonista/narrador es un niño judío acogido (junto con otros niños) por un sacerdote católico durante la persecución nazi. El padre Pons vela por salvar la vida de sus protegidos y defender sus conciencias sin imponerles el catolicismo. Les anima en la práctica de su propia fe judía. En mi opinión, el sacerdote pone de manifiesto un respeto muy delicado a la conciencia de los niños y a la tradición de las familias de las que los niños procedían.

Imagen de marianoc

Muy pobre. Tiene una concepción del Dios que un dia creó y después desapareció de la vida del ser humano. No es la visión del Dios paternal y providente, más bien el Dios que deja al azar del destino todas las cosas. Por momentos, también prevalece un aire sentimentaloide respecto al amor; un aire de relativismo moral con respecto a la verdad o por lo menos, es confuso al hablar de todos estos temas.