Historia de la filosofía en el siglo XX

En una sentencia famosa, Kant declara que enseñar filosofía es enseñar a filosofar. Fiel a este precepto, Christian Delacampagne ha escrito una historia de la filosofía del siglo XX que no es una mera sucesión de grandes nombres y frases famosas, sino una brillante y sagaz reflexión sobre los problemas fundamentales en torno a los que se ha desarrollado el pensamiento contemporáneo y sus imbricaciones con los acontecimientos más trágicos de los últimos cien años. El autor busca las líneas maestras, los hilos conductores del pensamiento filosófico del convulso siglo XX, muestra cómo las diversas escuelas de pensamiento no son islas independientes, sino que forman un archipiélago, y cómo los grandes pensadores como Wittgenstein, Heidegger, Sartre o Popper entre otros, han buscado las respuestas a las grandes preguntas que nutren la filosofía desde el tiempo de los antiguos griegos. Un recorrido riguroso pero también asequible por las ideas filosóficas más relevantes del siglo XX, por las escuelas y los pensadores. Un libro sobre cómo la filosofía ha buscado las respuestas a los grandes retos del mundo contemporáneo. Una obra que demuestra que la anunciada muerte de la filosofía está aún lejana, porque seguimos necesitándola para entender la realidad en la que vivimos.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2011 RBA Libros
384
978-84-9006-040-7
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El autor presenta en esta obra una visión panorámica de la filosofía occidental en el siglo XX. Los distintos autores y corrientes van apareciendo en orden más o menos cronológico y agrupados por temas o centros de interés.

El proyecto es ciertamente ambicioso, pues son muchos los filósofos cuyo pensamiento se expone. Teniendo en cuenta que el libro ocupa poco más de 350 páginas, resulta obvio que no se puede profundizar mucho en sus aportaciones filosóficas, aunque se dedique más espacio a algunos pensadores más relevantes. Además, Delacampagne no solo se ocupa de los temas filosóficos sino que trata de presentarlos en su contexto histórico, social, cultural y político; quizá sea este aspecto uno de los más interesantes de su obra.

El planteamiento de la obra es casi por completo expositivo, evitando entrar en valoraciones de las diversas doctrinas. Solo al final, en el epílogo, apunta unos breves comentarios sobre el conjunto de la filosofía del siglo XX, que se centra, según él, en dos grandes temas en torno a los cuales gira la modernidad: el problema del conocimiento y la ciencia, por un lado, y la cuestión de la ética y la política, por otro; todo ello, enmarcado en el debate entre la racionalidad y el relativismo.

El único punto en el que se muestra abiertamente crítico y tajante es en relación con el Holocausto, al que prefiere llamar Shoah (término más común en francés, como se indica en nota a pie de página). Delacampagne señala que la filosofía ha de rechazar por completo el racismo, aunque él se centra particularmente en el antisemitismo. Por este motivo, reprueba a quienes justificaron la Shoah o bien no la condenaron suficientemente y ataca con especial dureza a Heidegger sobre este particular.

También es crítico con el stalinismo, pero no admite, como han hecho algunos autores antimarxistas, que se puedan comparar las purgas de Stalin con los campos de exterminio de Hitler. Rechaza que se identifique el marxismo con algunas de sus formas políticas que han fracasado históricamente. Presenta el marxismo como una doctrina que ha estado sujeta a múltiples interpretaciones, pero cuyo fondo está justificado y es válido, en cuanto reivindica la liberación de los oprimidos y los menos favorecidos.

Estamos ante una obra divulgativa, ya que no profundiza apenas en los muchos puntos que acomete; pero, por otra parte, va dirigida a personas con conocimientos de historia y filosofía, porque se presuponen dichos conocimientos para entender muchos aspectos que no se explican. No obstante, es una obra erudita, bien documentada, que puede servir de consulta para tener una idea general de muchos filósofos del siglo XX que son menos conocidos.

Conviene señalar que hay ausencias importantes. En primer lugar, no se ocupa de ningún filósofo español o de América latina. Trata de justificar esta carencia en el Prefacio a la primera edición española, con algunos argumentos, a mi entender, no del todo convincentes. En segundo término, tampoco aparecen filósofos personalistas (a Mounier lo cita de paso una sola vez) ni filósofos que entronquen con la tradición tomista o simplemente realista (MacIntyre, por ejemplo, también es citado de paso una sola vez). El autor no justifica esta carencia en ningún momento; a lo largo de la obra se deduce que solo se han querido presentar aquellos planteamientos novedosos en la modernidad y en el siglo XX sin tener en cuenta si son o no verdaderos.

Finalmente, dos últimos apuntes. El tema de Dios brilla por su ausencia, parece no existir en la filosofía del siglo XX, según este autor. Hay autores que han dicho cosas interesantes al respecto, pero han sido completamente omitidos. Por otro lado, falta perspectiva suficiente para valorar adecuadamente qué pensadores y qué temas han sido verdaderamente importantes en el siglo XX. El libro fue publicado por primera vez en 1995, es decir, dentro del siglo XX. De ahí que la visión que ofrece de la primera mitad del siglo esté más madurada que la que se refiere a la de la segunda.

En conclusión, considero que el libro es recomendable para personas que se dediquen o tengan interés en la Filosofía o en la Historia de la Filosofía, pero tiene mucho menos interés para el público en general o un público que carezca un mínimo de formación filosófica.