El ancho mar de los Sargazos

Es la primera novela de Rhys después de casi treinta años de silencio. La protagonista, Antoniette Cosway, es la misma esposa demente que aparece en Jane Eyre y muere en el incendio que ella misma provoca. Jean Rhys toma al personaje desde su infancia en las Antillas: es una de tantas antillanas blancas que, tras la abolición de la esclavitud, es odiada tanto por los negros como por los mulatos, mientras los blancos la miran con indiferencia. Muerta su madre con fama de loca, Antoniette llegará a casarse con el hijo menor de un inglés rico, que necesita situarse en la vida. El matrimonio, según se mire, es un juego de quién engañó a quién: ella necesita desesperadamente amar a alguien, él unas rentas que le libren del fracaso. El germen del drama va creciendo con el tiempo: ante un escenario insultante por su belleza, dos extraños aprenden a odiarse hasta la muerte. La narración es conducida primero por Antoniette, luego por su marido, para después mezclarse las voces y dar paso finalmente a una Antoniette ya enajenada que, recluida en Inglaterra, no acaba de creer que aquello sea Inglaterra. La novela llega a fascinar por la atmósfera que envuelve a los personajes: parecen a veces simples marionetas, pero resucitan luego con furor incontenible. Las prácticas mágicas, las alucinaciones, el alcohol y el rencor dibujan una niebla que difumina los contornos morales: el lector quiere saber y no siempre lo logra, y se ve obligado a bascular entre las razones de unos y de otros, asistiendo con el ánimo encogido a la sucesión de escenas trágicas que sólo se ven atenuadas en parte por la bella tristeza del paisaje y las palabras.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1998 Cátedra
233

Publicada en 1966

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Imagen de Pipa

Es una novela de miedo, de amor y de locura, en la que se reflejan los muchos prejuicios por parte de quienes antes habían sufrido la opresión y maltrato de la esclavitud.

La edición que yo he leido es la de editorial Debolsillo, 2011.
Dividida en tres partes, se describe en la primera, contada por la protagonista, su infancia aislada y desgraciada; la segunda, narrada por el esposo de Antoinette, cuenta su llegada y su terrible estancia en la isla, desde Massacre, otra isla de Barlovento; y la tercera, de nuevo contada por la protagonista, cuando ya es considerada loca y que debe tener una cuidadora permanente.

Nadie aceptaba a su madre, ni siquiera los blancos que estaban en su misma situación, simplemente porque nació en Martinica, y vivían en Jamaica, donde tenían su casa familiar, en Coulibri. Y los únicos que eran atentos con ella, los Lutrell, al final el que quedaba optó por quitarse la vida. Así que vivían aislados, tan solo acompañados de Godfrey, un criado, su hermano Pierre, bebé enfermo,.Christophine, una criada de Martinica también, y Sass un niño abandonado por su madre en la propia finca. Todos se reían y burlaban de la madre, que nunca perdía la esperanza de que las cosas cambiaran.
Pero no fue así, y en aquel ambiente oscuro, lleno de superstición, de magia negra, de amargura, de odio permanente, al final se vuelve loca. Critican a su padre por alcohólico y por tener un sinfín de hijos bastardos. Murmuran permanentemente de todos, maldicen, en fín desconfían totalmente unos de otros. Al final una panda de negros borrachos y enfurecidos queman la casa en plena noche teniendo que salir huyendo, pero como consecuencia de ello, murió Pierre y cambiaron muchas cosas en su vida.
Se refugia en casa de la tía Cora. La familia queda desperdigada. Y ella ha estado en coma mucho tiempo. Su llegada al convento donde sería educada fue nefasta, también con prejuicios y mal recibimiento por parte de algunos compañeros. En general la autora habla mal de las monjas del pudor que pretenden enseñarles, etc (48, 51…).
Su vida de infancia es triste y ella carece de esperanza.

Aquí empezaría la segunda parte.
Ya se ha casado y pretenden pasar su luna de miel en su amada Coulibrí. Pero nada más lejos de eso. Por culpa del ambiente y de todo, es una etapa llena de sobresaltos y desasosiego.

Y en la tercera, se comienza con una carta de Grace Pool, la mujer que le cuida, contando cómo estando en Jamaica el marido perdió a su padre y a su hermano. Al final heredó todo. Envió a su esposa a Inglaterra, pero ya mal de la cabeza. Luego sigue narrando la protagonista, que nos sumerge en un entorno de misterio e intriga.

Aunque la autora no es una gran escritora, ni es demasiado conocida, este libro sí vale la pena. La novela al principio parece farragosa, pero luego, en una segunda o tercera lectura, se ve sin duda una cierta maestría. Hay trama y personajes bien descritos, aunque desagradables en su actuación, en su carencia de virtudes, de madurez, de trascendencia y su ambiente oscuro. Es una novela que no a todo el mundo va a gustar, porque sobrecoge el alma. Gustará a los aficionados a este tema. Es también una oportunidad de reflexión sobre las secuelas de una gravísima injusticia contra la humanidad, como fue la esclavitud, mercancía de personas africanas, cazadas como cosas en su tierra para someterlas en unas condiciones vejatorias, a un duro trabajo que desconocían. No bastó por tanto que se llegara a la liberación de estas gentes. Perdieron su dignidad, el gusto por el trabajo,  la confianza en la convivencia, y acumularon -muchos- odio y frustración, deseos de venganza, envidias, etc. El comportamiento indigno de algunas naciones “civilizadas” dejó una profunda huella para el resto de la historia.

Imagen de cdl

En la magnífica colección Letras Universales de la editorial Cátedra aparece una nueva y completa edición de esta novela, publicada en 1966. La autora, de origen dominicano, escribe una tragedia ambientada en las Antillas, que tiene como protagonista a Antoniette, cuya familia sufre las convulsiones sociales generadas por la ley de emancipación de los esclavos en 1833. La protagonista cuenta sus íntimas impresiones ante lo que sucede, su matrimonio fallido y su posterior viaje a Inglaterra. La autora reconstruye así la vida de la que se presenta como la primera mujer de Rochester, el protagonista de Jane Eyre, de Charlotte Brönte