En busca de la excelencia

La educación debe ayudar para que cada persona saque lo mejor de sí misma como tarea para toda la vida. Comienza en la infancia y se desarrolla principalmente en la juventud con la mirada puesta en la excelencia. Como es sabido el papel principal corresponde siempre a los padres ayudados por los profesores sobre todo en la secundaria.

Julio Gallego ha trabajado muchos años con alumnos de secundaria y en tutorías con los padres, así como en la formación de otros profesores, de modo que puede conjugar los buenos principios pedagógicos con las experiencia vitales de los protagonistas. En eta ocasión publica una obra completa señalando: el fin, la excelencia; los medios como la educación en la libertad; las tareas habituales, siempre en la formación del carácter; y los agentes educativos con especial relevancia de la familia, no sólo los padres. Como se trata de una educación integral incluye la educación afectiva, la inteligencia emocional, la excelencia académica y el profesorado. Ha dejado aparte un tema importante que es la educación en la fe aunque se puede advertir que está en el fondo de muchos planteamientos.

Abundan las propuestas ya experimentadas, los cuadros sinópticos, los ejemplos, y las conclusiones concretas. Atraerán la atención del lector los epígrafes dedicados a la transmisión de valores, el autoconcepto, la motivación o la atención  a la lectura.

Las propuestas están sazonadas con citas de sabios clásicos como Séneca, en quien vemos al hombre pagano que no conoce al Dios cristiano aunque sí conoce el alma humana con profundidad; otras son citas literarias del Quijote con su sabiduría cristiana, o las referencias vitales a personajes como Haydn, Beethoven o Frankl. No es un libro de lectura sino de consulta y reflexión, que propone un itinerario, exigente y asequible, para que las familias y los centros educativos avancen en camino para lograr la excelencia de los hijos y alumnos.