Días de espera en guerra

Después de más de un año en Madrid sin poder ejercer libremente su ministerio de sacerdote, en plena guerra civil española, san Josemaría Escrivá, empujado y acompañado por sus hijos del Opus Dei, decidió emprender la aventura de pasar a la otra zona de España, por Valencia, Barcelona, Andorra y Francia.

Marchó llevando en el corazón la duda y el sufrimiento por las personas que quedaban atrás. Una vez en Barcelona, tuvieron que superar muchas dificultades para entrar en contacto con las redes clandestinas que les podrían llevar al otro lado de la frontera, y, luego, para lograr partir. El resultado fueron seis interminables semanas que le dejaron exhausto, casi sin fuerzas físicas ni psíquicas. De hecho, después, sólo pudo seguir adelante y coronar su propósito gracias a una particular intervención de la Virgen, cuando ya habían iniciado la marcha hacia el Pirineo.

Todos los que le acompañaron dejaron escrito de un modo u otro lo que vivieron en aquellas intensas jornadas. Con esta documentación, ha sido posible reconstruir con detalle lo que les ocurrió en esos largos días de espera en la Barcelona en guerra de otoño de 1937.

Jordi Miralbell (Barcelona, 1953), filósofo y periodista, conoció personalmente a san Josemaría en 1967, con quien coincidió en diferentes ocasiones. En septiembre de 1973, pudo comprobar de primera mano la impronta que había dejado en su alma aquella larga estancia en la Ciudad Condal.

Un documentado trabajo sobre la estancia de san Josemaríoa en Barcelona en otoño de 1937 en plena guerra civil española

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2017 Ediciones Palabra
287
9788490615966

Subtítulo: San Josemaría en Barcelona, otoño de 1937

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Imagen de José Ignacio Peláez Albendea

Historia de las más de cinco semanas –del 10..X. al 19.XI. de 1938- que pasó san Josemaría en Barcelona, junto con algunos de los primeros fieles del Opus Dei, en espera de encontrar los guías que les pasaran a través de los Pirineos, a Francia, con el fin de vivir con libertad religiosa para desempeñar su ministerio sacerdotal y atender a los fieles del Opus Dei.

El libro está muy documentado: consta de más de mil notas, que el autor ha trasladado al final del libro, en las que fundamenta el relato construido con los testimonios escritos de los protagonistas y con la consulta de fuentes primarias y la bibliografía más solvente.

Se lee con interés y con facilidad, porque la investigación de Jordi Miralbell está muy bien escrita, y por el empatía humana y espiritual que despierta la epopeya de un joven y santo sacerdote, que buscaba en sus propias palabras cumplir la Voluntad de Dios para él, y unos jóvenes estudiantes y profesionales que se sentían llamados por Dios a seguir el camino de santificación en medio del mundo que les enseñaba san Josemaría.

El libro refleja un gran conocimiento y amor a la ciudad de Barcelona, dentro de la sobriedad expresiva del autor, que ha querido ceñirse a la historia narrada, y situarla en el convulso contexto histórico del momento: la dureza de la guerra civil, la persecución religiosa, los templos quemados y arrasados, los bombardeos de la ciudad, el hambre que pasaban, el miedo a ser detenidos, los conflictos políticos entre anarquistas y comunistas… Este es el marco y el telón de fondo de aquella arriesgada aventura humana y sobrenatural que emprendieron san Josemaría y varios de sus primeros seguidores, con una gran confianza en el cuidado de Dios por sus hijos. Y Jordi Miralbell lo ha contado con bella sobriedad.

Imagen de Ran

Estudio bien documentado, especialmente, con relación a la biografía de todos los personajes que desfilan en la historia narrada.
El argumento central del relato, bien enfocado y puesto de manifiesto, es la preocupación interior de San Josemaría por sus hijos que quedan en Madrid y Valencia o desperdigados en la zona roja; unida a la lucha interna por clarificar si Dios le pedía pasar a la zona nacional, dejando a algunos de sus hijos en el bando republicano expuestos a la persecución sectaria desencadenada en esa zona. Con una exquisita finura espiritual, en San Josemaría, pugnaba con fuerza la consideración si debía en conciencia, si era voluntad de Dios su paso a l zona nacional. No obstante queda bien claro que las razones que le llevaron a Barcelona no eran otras que las de continuar con la misión recibida de Dios de hacer el Opus Dei y atender a todos su hijos.
Resalta también el relato, junto al empeño de San Josemaría por cumplir fielmente la voluntad de Dios, la fe, la confianza absoluta y el abandono filial en las manos de Dios en esos momentos duros y adversos por los que atravesaba la espera en la Ciudad Condal; y la solicitud paternal por la suerte de cada uno de sus hijos.
 

Imagen de aita

Un completo y documentado trabajo sobre la estancia de san Josemaría en Barcelona en 1937 en plena guerra civil. Leer artículo>>