Advenimientos

Estas páginas recogen, tras los cuatro volúmenes anteriores de los que sólo de manera muy amplia podrían llamarse "Diarios", y más bien "Cuadernos" del autor, las notas posteriores a 1998, que era el año en que concluían las que componen los "Cuadernos de letra pequeña". Pero van aquí solamente las tomadas desde finales de 2001 a todo 2004, y no las que corresponderían a 1999, 2000 y la mayor parte de 2001, años en los que no debieron de tomarse o desaparecieron.
El nombre de "Advenimientos", bajo el que se publican las que aquí van, es el de la cartela que llevaba el atado de los últimos cuadernos de 2001, "Adviento y advenimientos", significando con una pequeña ironía que en esos cuadernos se trataba de lo que "había advenido" o sucedido ya en torno al tiempo otoñal y litúrgico del Adviento.
Por lo demás, lo único novedoso en esta serie de notas es que se ha conservado en ellas algunos de los poemas escritos en los mismos cuadernos de donde han sido extraídas. El propósito de este volumen es el mismo que el de los anteriores: el que estas pequeñas notas le sirvan al lector para sus propios pensamientos y sentires. Es decir, le "advengan".

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2006 Pre-Textos
216
84-8191-770-3
Valoración CDL
4
Valoración Socios
4
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Comentarios

Imagen de Rubito

Mi reseña será corta: El sentido común, la naturalidad, la finura de espíritu y la erudición dan a esta obra el caracter de libro de cabecera; para leer dos o tres páginas cada vez y saborearlas. Magnífico en todos los sentidos.

Imagen de Ran

Obra interesantísima, donde el autor va plasmando su pensamiento al hilo del correr de los días, comentarios a una noticia de prensa, una lectura, una conversación, etc.

Con notable acierto va enjuiciando la realidad actual de la sociedad, y en particular, la vida española, tomando el pulso desde una perspectiva humana de notable valor. Desenmascara una cultura, la europea actual, que desconoce y reniega de sus orígenes cristianos, donde el nihilismo lleva al conformismo y a la autodestrucción de todo valor constructivo.

Mete en evidencia el empeño de unos intelectuales, que viven del establishment, por imponer lo “políticamente correcto”, defendiendo la disolución de todo valor humano; apostando por una cultura donde no se respeta la vida y se defiende con zafiedad el desamparo y hasta la muerte de los más débiles.

Equipara esta cultura laica, desacralizada, en horrores y atropellos a los cometidos en nombre de la libertad en la Revolución Francesa, el Nazismo o el Estalinismo; totalitarismos deshumanizados donde la persona pierde todo su valor y sólo cuenta el gregarismo de una sociedad que no reconoce los valores que la conformaron, y donde todos han de estar encuadrados en un rebaño amorfo y conformista, falto de libertad.

Crítica acertada y serena del acontecer moderno, que pone de manifiesto una situación cultural en la que el empeño primordial consiste en desguazar todo valor humano sin ofrecer recambio alguno. Redactada en un castellano delicioso, pulcro y matizado, que refuerza el valor de la obra.

Imagen de Quico

Cuando leo uno de los "cuadernos de notas" de Jiménez Lozano, lo hago a sorbos, poquito a poco, de forma que esas notas me acompañen durante más de un mes, ayudándome a dar espesor a la vida de cada día. No podría explicar lo mucho que me ayudan estas reflexiones, pero sí que me atrevo a transcribir una de las que más me ha impresionado. Dice así:

"Para las víctimas cristianas de la Revolución francesa, era la Revolución misma la que era asunto de poca monta, incluso si transtornó la historia y comenzó el fundamental designio de la modernidad: liquidar el viejo Dios cristiano. Y decían: "Crux stat, dum volvitur orbis": es decir, "mientras el orbe se desencaja, la cruz permanece". Pero resulta sorprendente, como poco, que la sensación que parecen tener hoy los señores cristianos es la de "Orbis stat, dum crux volvitur". Esto es, "mientras la cruz se desguaza, el mundo permanece/."

Imagen de Azafrán

Advenimientos (primavera 2005)
JJ Lozano
Ed. Pre-textos, Valencia, 2006
215 págs.

No se trata de un libro de ficción. O sí. Y lo es en tanto en cuanto se puede presentar la realidad disfrazada de metáfora. Así lo han intentado autores tan dispares como San Agustín, Ortega y Gasset, Auguste Comte, Dostoiesvski, Homero, E. G. R. Taylor, William James, Pascal, John Henry Newman, Plutarco, Oriana Fallaci, Kierkegaard, Winston Churchill, Jane Austen, la Madre Angélica Arnauld, Cervantes, Calderón, Pascal Brukner, Pierre Chaunu, Voltaire, Cronwell, Tomás Moro, Erasmo de Rotterdam, Juan Ramón Jiménez, Chateubriand, Teresa de Ávila y Juan de la Cruz, Hegel, Holderling, Robert Frost, Virgilio, Truman Capote,Talleyrand, Dickens, Balzac, Tolstoi, Aldous Huxley, Marcel Proust, D. H. Lawrence, Platón, Juan Valera, Fray Gerundio de Campazas, Joseph Roth, Thomas Hardy, Mallarmé, Luis Cernuda, Petrarca, Sándor Márai, T. S. Eliot, Thomas Carlyle, Joseph Addison, Juvenal…
José Jiménez Lozano cita a los autores en su contexto histórico; cita algunas de sus obras y hace referencia a los personajes de dichas obras que han llegado a constituirse como hitos culturales. Cita a pintores y sus obras maestras colgadas en los principales museos; a músicos y sus correspondientes composiciones.
No es un catálogo del devenir histórico, de autores literarios o de hitos culturales. No.
Advenimientos es un elixir libado con el paso del tiempo.
Cada gota, cada pensamiento, es una reflexión de la realidad contrastada con el pensamiento de un autor: el poso de un personaje o de un autor ubicado en la literatura. “Constructos” perfectamente asimilados y entretejidos en un entramado de reflexión y crítica de la realidad.
Advenimientos no es un libro para pasar un rato. Es un libro que “despierta”, que “avisa” al lector. José Jiménez Lozano se nos presenta como un autor comprometido con la vida y la realidad. Con una realidad sometida a una crítica sincrónica y diacrónica que son las magnitudes que confieren certeza a la historia misma.
El lector que se someta a esta crítica del pensamiento quedará irremediablemente despierto; no sucumbirá a más cantos de sirenas.