La sangre del pelícano

«El sacerdote Albertino Giotta escapó hace años de las garras del diablo. Pero el príncipe de la mentira ha vuelto dispuesto a urdir una terrible venganza. La batalla entre el bien y el mal no tendrá cuartel. »Albertino Giotta y el comisario Luigi Monticone, una de las más sugerentes parejas literarias de los úl timos tiempos, se enfrentan —con la fuerza de la fe y la astucia— a unos horribles e inexplicables crímenes en la peor crisis de la Iglesia.»

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2007 Libros Libres
480
9788496088641
Valoración CDL
3
Valoración Socios
3.166668
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Comentarios

Imagen de pf

buenísimo!! lo recomiendo totalmente,aunque de un pelín de miedo en algún que otro capítulo.

Imagen de Azafrán

Se podría hablar de la novela de la globalización, o bien de la novela globalizada. La novela comienza en cinco escenarios diferentes: 1.- los jardines de Villa Borghese, en Roma, 2.- un convento de clausura situado en el Albaicín granadino, 3.- el aeropuerto de la ciudad de Cantón en China, 4.- los jardines de Luxemburgo en París y 5.- la cumbre de las Naciones Unidas en New York.
Son cinco comienzos diferentes que parecen conducirse de forma independiente, con personajes independientes y cuya conexión parece muy improbable. Así avanzan las cinco historias, en los cinco escenarios diferentes, de un modo paralelo quedando interrumpidos siempre en los momentos más intrigantes. Tienen en común que parten de asesinatos de desconocidos a los que se decapita y quema las huellas dactilares para evitar su posterior reconocimiento. En todos ellos aparece una figurita de oro que representa un mono con la lengua fuera y una cruz invertida. La figurita es de oro y aparece incrustada en un hueso de un pie pequeño, de niño.
El protagonista es un sacerdote, Albertino Guiotta. Se ordenó sacerdote a una edad ya madura tras haber conocido bien la vida y los éxitos profesionales en la industria textil de Milán que es como apuntar a los negocios de la moda. Había vivido una vida disoluta pero una experiencia vivida en un yate, cerca de Corfú, le puso al borde del suicidio. Y a partir de ahí comenzó una búsqueda de la fe, un estudio de catolicismo y, más tarde, su ordenación sacerdotal.
En su proceso de acercamiento a la fe le ayudó Carlo Albrizzi, un sacerdote experto de demonología que consiguió calmar su espíritu. A él acudía de vez en cuando para intercambiar opiniones y consultas. Albrizzi era el capellán de un convento de religiosas en Luca, cerca de Florencia.
Albertin es consciente de que estuvo a punto de verse atrapado en un grupo de gente que rendía culto al demonio con sacrificios humanos de niños o personas vírgenes, a las que arrancaba el corazón. Como él ya había conocido de cerca la actuación de esta secta se da cuenta de que tras la aparición de cuerpos mutilados y decapitados podría estar este grupo de personas. Cuenta sus experiencias al comisario Monticone, en Roma, y juntos tratarán de adelantarse a los planes de la secta y al mismo tiempo desenmascarar a sus componentes.
Ambos acuden al Vaticano en busca de información y allí descubren que la secta está relacionada con el nazismo. En 1933, después de la victoria en las urnas del partido nacionalsocialista de Adolfo Hitler, el que fuera Nuncio Apostólico en Munich y Berlín, Eugenio Pacelli, después Pío XII, informó a Pío XI sobre el peligro que, a partir de entonces, iban a correr judíos, cristianos conversos y católicos. Pío XI firmó la más dura condena al Nazismo, Mit brennender sorge ¿Qué pretendía Hitler con la desaparición de todos los judíos? ¿Por qué también quería atacar a los católicos? ¿Qué relación tiene todo esto con la Ecclesia de los hijos de Onnis?
En Granada, Catón, París y Nueva York, los católicos sufren persecución y asesinatos de parte de los componentes de esta secta. Cómo se llegarán a enterar y de qué manera se sobrepondrán a este crimen organizado es algo que el lector intentará descubrir en las 478 páginas de esta novela, que con toda seguridad se le hará corta. Muy recomendada para alumnos de 3º y 4º de ESO por los contenidos históricos a los que hace referencia. Y por supuesto para adultos.

Imagen de JOL

Algunos pueden ver en esta obra la antítesis del Código da Vinci, pues estamos ante un thriller de misterio y acción trepidante de una secta satánica que intenta hacerse con el poder del mundo, aplastando definitivamente al Papa y a la Iglesia. Sólo que esta vez las cosas están más claras, no manipula al lector como el Brawn, y se puede seguir el argumento sin saltos antiliterarios. Esto tiene más categoría. El autor sabe mantener la tensión y la acción saltando entre varios escenarios, sobre todo París, Roma, Granada, Cantón o Nueva York. Y corta cada capítulo en el momento más interesante, dejándonos en suspenso y enviándonos a la otra punta del planeta. De infarto sino uno entra en el juego. Menos al que esta vez queda claro la rectitud de la Iglesia frente al asalto de las tinieblas encabezadas por Satanás. No esperábamos menos del autor. Nos pasea por lugares que conoce y sabe de qué habla, incluida la información correcta acerca de diversos aspectos de la curia romana, de la Iglesia, y del cristianismo. El protagonista es el sacerdote Albertino Guiotta que, a diferencia de la bestia fanática del no menos fanático Código, es y actúa como tal. Quizá le sobra clarividencia para descubrir la trama, el final se precipita un tanto y no todo es verosímil, pero para eso está la novela. El título es atractivo pero no se explicita en la trama, salvo alguna alusión que entenderán quienes saben que se refiere principalmente al sacrificio por los demás, a la luz de Jesucristo.

Imagen de wonderland

El Anticristo y sus aledaños son temas recurrentes en la literatura de ficción. Pero no siempre quienes abordan estos temas tienen los suficientes conocimientos para urdir una trama que resulte verosímil y, al mismo tiempo, respete las normas del género.

Su autor ha querido tratar las cuestiones religiosas desde el respeto a lo sagrado, donde Dios es Dios y no esa especia de ridículo entramado esotérico a lo que últimamente nos están acostumbrando.

La Sangre del Pelícano guarda una proporción adecuada entre ficción y realidad. Si bien la historia que explica es totalmente inventada sirve para retratar una época, que es la de la lucha de algunos poderes ocultos contra la Iglesia y su representante más visible, el Papa. Nos encontramos pues con un texto muy respetuoso con la institución (algo sorprendente en esta clase de libros), y lo suficientemente ameno para no caer en la mojigatería ni en el tedio. Esto lo consigue renunciando a los discursos moralizantes (cada vez más frecuentes en obras de este género, que se han convertido en canales de adoctrinamiento), y dando prioridad a la acción.

Quizás le falta algo de densidad interior a la figura del sacerdote, del que se nos explica cómo logró salir de las garras del maligno, con quien se había encontrado en su juventud, para acabar en el seminario y recibir las órdenes sagradas. Hay escenas emocionantes, como cuando relata la situación de la Iglesia clandestina en China y el testimonio heroico de sus fieles y pastores.

Aranguren ha conseguido volver del revés tanta estupidez como se escribe a veces sobre la Iglesia. Con una gran coherencia narrativa, con un estilo vivaz y muy cuidado. En resumen es un libro de lectura amena, con un tratamiento sugerente y una buena puesta en escena.