La tía Tula

Publicada en 1921, pero gestada desde 1902, es una obra madura en un periodo de intensa actividad creativa, La tia Tula debe su riqueza e intensidad a las contradicciones o a la superposición de los materiales germinativos originarios. A la historia de la mujer que renuncia a una vida propia para hacer el papel de madre de los hijos de una hermana muerta se añaden elementos recurrentes en la obra de Miguel de Unamuno: la pelea por la fe religiosa, el dilema entre el mérito y el reconocimiento exterior o el histrionismo, la sinceridad de la vida moral y la conciencia del dolor.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1999 Alianza
160
2007 Espasa-Calpe
156
1969 Salvat
133

Con la colaboración de Alianza editorial

2009 Cátedra
170
978-84-376-2535

Edición de Carlos A. Longhurst

Valoración CDL
3
Valoración Socios
3
Average: 3 (2 votes)
Interpretación
  • No Recomendable
  • 1
  • En blanco
  • 2
  • Recomendable
  • 3
  • Muy Recomendable
  • 4

2 valoraciones

3
3
Género: 

Comentarios

Imagen de Pipa

Con palabras del autor: "La Tía, historia de una joven que rechazando novios se queda soltera para cuidar a sus sobrinos, hijos de su hermana que se le muere. Vive con el cuñado, a quien rechaza para marido, pues no quiere manchar con el débito conyugal el recinto que respiran con aire de castidad sus “hijos”. Satisfecho el instinto de maternidad, ¿para qué ha de perder su virginidad? Es virgen-madre. Conozco el caso”.
Es una obra surgida a lo largo de muchos años. Destaca el papel maternal de Gertrudis… Su aversión a la brutalidad del hombre, una actitud antimasculina que Unamuno suaviza…. Unamuno crea un personaje paradójico, discutible, sobre el que puede haber adhesiones y repulsa…

El tema de la sexualidad no termina en una visión erótica, sino más bien en su vertiente psicológica y moral del ser humano y además aparece la deficiente educación sentimental que había en la sociedad española en aquella época… Desde luego en esta novela Gertrudis no es una mujer fría ni asexual. No. Aunque el atractivo de su hermana, a primera vista era mayor, en Gertrudis era más profundo: “bien miradas y de cerca, aún despertaba más Gertrudis el ansia de goce” Y Unamuno deja bien claro que es Gertrudis la que siente mayormente la sexualidad dentro de sí, aunque no explícitamente, pero en varias ocasiones se le ve cómo lucha con sus instintos… La excesiva sensibilidad d G. a todo lo sexual se rebela precisamente en su obsesión por barrer de su presencia toda manifestación que le haga tener que enfrentarse a ese poderoso instinto. La sexualidad es un peligro para los niños, pero en realidad se adivina que el peligro lo es para ella. G. no rechaza su propia sexualidad, sino a los hombres como medio de alcanzar su plenitud de mujer y la realización de sus instintos maternales. Para ella lo más precioso es su virginidad, que no está dispuesta a sacrificar. Ser madre y amamantar a los críos está bien, pero no a consta de someterse sexualmente a un hombre. Eso no. Es una mujer paradójica que desde el principio decide hacer de tía. De sus sobrinos se encarga ella. Tras la muerte de su hermana, Gertrudis vive en sobresalto ante la pasión de su cuñado, al que mantiene a distancia, sirviéndose de los niños como escudo. La preñez de Manuela, la criada, le salva de Ramiro, al que precipita en una nueva vida… Para ella el único fin del matrimonio es la procreación. Así que despacha también al pobre médico, D. Juan, del modo más cruel y seco. Ella pretende crear un hogar limpio y casto… Toda manifestación sexual de hecho o palabra quedará desterrada, excepto en la procreación… Por eso precipitó la boda de Rosa y Ramiro y la de Ramirín y Carita, pues el noviazgo es peligroso para hacer cosas indebidas. Su arrogante feminismo le hace ver en el cristianismo una religión de hombres que apenas ha hecho nada por redimir a la mujer…
Devota de la Virgen María Madre –no precisamente como Madre de Dios- y su afán de vivir la pureza, más expresión del horror a las relaciones sexuales que amor a la limpieza de vida…

La personalidad de Gertrudis es muy discutible. Unos la aprecian como heroica, casi santa: abnegada, siempre pendiente de los demás, hasta el extremo… Otros sin embargo piensan en que tras su imagen se esconde un monstruo, inhumano, dominante, que tiene una fuerza destructiva enorme sobre los demás… Su complejidad no es fortuita sino fruto de la visión unamuniana acerca de la personalidad. Pero no confundamos personalidad con carácter. Por ejemplo en este aspecto, su individualismo, su tenacidad, su autoritarismo serían parte de su carácter… En cambio la personalidad es para U algo más complejo, es como el total de la persona en su conjunto y en su dimensión espiritual, el concepto que nos formamos de nosotros y de los demás con todos sus prejuicios, aspiraciones, esperanzas e ilusiones… Para U el ser humano es un ser complejo que lleva en sí las virtudes y los pecados capitales… Por ello resulta contradictorio y nada fácil de desentrañar. A G no la comprende nadie del todo. Y ella se comprende?... Su voluntad férrea es innegable….. Nadie sospecha la lucha íntima que tiene por dentro… en varias ocasiones el narrador habla de esa brava galerna que se desencadena dentro de ella… ¿la cabeza, los instintos? El querer ser que era la expresión máxima de la personalidad. Sin embargo ese querer ser virgen y madre le origina dudas, luchas consigo mismo, y al final remordimiento… Estas dudas cobran mayor vigor a partir de la muerte de su hermana.

Y tb está el tema de la soledad de G que es una soledad mental; desde el primer capítulo, cuando Ramiro y Rosa se ponen de relaciones “empezó a cuajar la soledad de G” y no se trata únicamente de que “las mujeres vivimos siempre solas” , como le dice a su hermana, sino que además el camino que ella ha escogido para sí es un camino solitario que impone su cruz “G se sintió siempre sola” , pero es una soledad que duele, pues “no pudo al fin con esta soledad”, sentimiento que confirma la protagonista: “ ¡Quien está sola soy yo! Sola… sola… siempre sola”. El padre Álvarez no comprende en absoluto a G e interpreta esta angustia suya como insatisfacción sexual. “No es soledad de abrasarse”, le protesta G a su confesor, “No es esa soledad a la que usted, padre, alude. No, no es esa.”. En su vida venera a la Virgen, pero bajo la advocación de la Virgen de la Soledad… Se trata de una soledad existencial, la de una persona que sabe que esa soledad no tiene remedio, pues proviene de una actitud ante la vida, de un modo de pensar, que otros no alcanzan a comprender. Esta angustia de soledad se ve agravada por su propia imagen. G sufre una crisis de identidad que se va ahondando a medida que pasan los años: siente cansancio y desánimo, y llega a dudar de su obra. “Sea lo que es…” le dice al p. Álvarez; “la tía Tula que todos conocemos y veneramos y admiramos…; Sí, admiramos”. Pero G. ya no está convencida de que puede ser “la que es”, es decir, la que todos creen que es, y responde: “por dentro soy otra” ¿Cuál es la verdadera G?... su crisis de identidad va paralela a su debilitamiento de la voluntad. A medida que va viendo que su misión está cumplida. G. va perdiendo su anterior energía. ¿Cuál es la auténtica G?

Otro tema es el de la supervivencia. Es por todos conocido que U padecía un intenso anhelo de inmortalidad, y que al carecer de una fe religiosa que le garantizase su supervivencia personal intentó consolarse proyectando este anhelo en su obra y dejando a esta como prueba de su personalidad imperecedera. En la tía Tula también. Es curiosa la referencia a semejanzas teresianas. La tía Tula sería como una fundadora si no de una comunidad, si de una familia, inspirada en un ideal de limpieza, ascetismo y contento. Y Gertrudis pasa a ser una madre espiritual de sus sobrinos. Y cuando va a morir trasfiere su misión a la más pequeña de sus hijos –sobrinos. La narración no termina con su muerte, como sería lógico. Sino que los dos últimos capítulos hablan de su presencia en la familia después de muerta, a través de su Manolita… La tía daría continuidad a su obra… U consigue esa supervivencia espiritual. Cuando ella le dice a Manolita: “Que no se den cuenta de que me he muerto”, son palabras que delatan el desesperado anhelo de U de no morir. La obra toda de G es un intento de imponerse, no ya al prójimo, sino al destino que nos condena a la aniquilación y al olvido… Dos han sido sus anhelos: a la maternidad y a la inmortalidad… Tb G se esforzó en que no se olvidaran de los anteriores (Rosa, Ramiro…Manuela). U piensa que el individuo debe luchar contra la amenaza de la aniquilación total, debe protestar contra la muerte mediante el esfuerzo por hacerse insustituible…

Se nos presenta la novela ausente de rasgos temporales, históricos, descriptivos. Es escueta, sobria. Los personajes aparecen como aislados del mundo material circundante: poseen sus pasiones, sus emociones, afectos y odios… U indaga la realidad interior, no la externa. Él explora las realidades íntimas…. No es que niegue la importancia de la realidad exterior. Lo que se cuestiona es su primacía. Según U la verdadera persona es la de dentro, y al tener que transigir con el mundo de fuera surge el conflicto de que se nutre la novela. En La Tía Tula lo que podría haber sido una novela realista de tema social, no lo es porque U le da al tema un planteamiento inusual que escamotea lo que pudiera tener de cotidiano, de familiar, y en cambio acentúa lo que tiene de misterioso, de idiosincrásico. De G sabemos sus sentimientos y lo que pasaba por ella, pero de fuera no sabemos ni de qué color era su pelo o sus ojazos… Y así con los demás personajes. Nada del medioambiente… Hay diálogo, intenso, rico, breve, concreto… y dramático, es como un ventanuco que se abre al espíritu de los personajes… En definitivo: es una novela corta, magníficamente escrita, que explora los sentimientos y modos de actuar de su protagonista y el resto de su familia. Vale la pena leerla.

Imagen de toñi hueso

Una gran obra donde Unamuno refleja con maestría la personalidad de una mujer capaz de entregarse y amar en silencio y los condicionamientos sociales que la rodean.