La tregua (Levi)

La tregua, continuación de "Si esto es un hombre", es el libro del retorno, una odisea de la Europa entre la guerra y la paz escrita por Primo Levi en 1963, con la perspectiva de los años.  Y es que, por razones que nunca se aclararon, la repatriación del puñado de supervivientes italianos de Auschwitz llevó mucho tiempo, y fue la culminación de un viaje tortuoso y absurdo por Polonia, Rusia, Ucrania, Rumanía y Hungría. La tregua despliega ante el atónito lector la infinita riqueza de la humanidad, ahora sí empeñada en sobrevivir, con sus pícaros y sus payasos, sus bandidos y sus nostálgicos del recién sucumbido régimen, sus devotos, sus exaltados, sus aspirantes, sus nuevas víctimas. Todo ello a través de los mercados clandestinos de Cracovia, los cuarteles del Ejército Rojo, la vasta tierra rusa permeada de gloria y de miseria, los bosques vírgenes, las borracheras de la soldadesca y las añoranzas de los italianos camino de casa. Esta es la crónica de un gigantesco esfuerzo colectivo, la historia de un éxito: la larga marcha de España hacia Europa, esto es, hacia la modernidad. Así presenta Joaquín Estefanía este volumen, que recoge el fruto de muchos años de atención, desde un observatorio privilegiado, al devenir de los acontecimientos políticos y económicos de España. En estas páginas, enmarcadas por un nuevo prólogo que analiza la evolución de la Unión Europea en el tiempo transcurrido desde la primera redacción de la obra, desemboca buena parte de la labor periodística realizada por el autor para el diario Informaciones y el semanario Cuadernos para el Diálogo, para Cinco Días y, sobre todo, para El País, en lo que constituye un viaje por la búsqueda del sueño europeo, y una reflexión sobre por qué sigue valiendo la pena perseguirlo. La larga marcha es, al mismo tiempo, un relato político y económico, un ensayo hemerográfico, un documento sociológico, una crónica periodística y un testimonio; pero su autor desea que se lea, ante todo, como «una mirada al servicio de la memoria y, con toda humildad, también de la historia de este último medio siglo que ha sido para buena parte de las distintas generaciones de ciudadanos españoles una suerte de utopía factible: Europa».

Reseña del Editor

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2001 El Aleph
235
2005 El Aleph-De Bolsillo
348

Primera edición en italiano de 1963.

2018 Península
240
978-84-9942-681
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3
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3
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En su primera obra ("Si esto es un hombre") Primo Levi había narrado su estancia en el campo de concentración de Auschwitz, durante la Segunda Guerra Mundial. "La tregua" es continuación del relato anterior. Auschwitz ha sido liberado y un grupo variopinto de personajes deambula por la retaguardia soviética esperando el fin de la guerra y la vuelta a sus países de origen. Levi se encuentra junto a los mil setecientos italianos entre los que hay de todo: soldados del ejército derrotado, liberados de los campos, trabajadores voluntarios al servicio de los alemanes y diplomáticos con sus familias. Los rusos tratan a todos con hermosa imparcialidad. Al grupo italiano se han sumado algunos foráneos: dos mujeres-soldado alemanas que temen entregarse a los soviéticos, un huérfano rumano y un vagón con jóvenes sionistas que quieren embarcar en Italia con destino a Palestina. "Si esto es un hombre" y "La tregua" se escribieron con quince años de diferencia y son distintos hasta en el estilo. El primero fue escrito en 1947 y –afirma Levi- "tenía completo el libro en la cabeza ya en el campo de concentración". Se caracteriza por su intensidad y por un estilo comprimido, como si no fueran precisas muchas palabras para expresar el horror. En "La tregua" prevalece un cierto sentido del humor que resulta chocante después de haber leído la obra anterior. Publicado en 1963, "La tregua" parece un chiste que se alarga innecesariamente. El autor no hace un esfuerzo de síntesis, ni intenta llegar a alguna conclusión fuera de la pintura del hambre y de la picaresca de los italianos para satisfacerla, la incertidumbre y finalmente la emoción de la llegada. Habían transcurrido siete meses desde que el autor salió de Auschwitz hasta que, por fin, cruzó la frontera italiana. Hay algún momento dramático mal aprovechado por el autor. Es el caso de Flora, una prostituta sin clientes, que se ha marchado a trabajar a Alemania voluntariamente. Como no habla alemán no hace otra cosa que barrer los comedores interminables. Ahora vuelve a Italia embarazada y ligada a un hombre que la maltrata. Distinto es el caso de Cesare, un ladrón que ha estado en Auschwitz purgando su afición por lo ajeno. Es un delincuente común y por lo tanto un privilegiado en ese entorno. Fuera del campo, Cesare es el encargado de negociar con la población civil la venta del pescado de rancho que dan los soviéticos y que a los italianos les resulta incomestible. Una tarde Cesare se acerca con sus pescados a una choza aislada; le atiende una mujer enlutada; en un rincón de la choza le miran dos niños hambrientos. En la choza no hay nada más; nada que la mujer pueda darle a cambio de los alimentos. Cesare hace entrega a la mujer de los peces y se va malhumorado. Cuando llegue al campamento tendrá que decir que se los han robado y eso es fatal para la reputación de un discípulo de Caco.