Los milagros del vino

En una Grecia decadente y bajo el dominio del imperio romano, el sacerdote Podalirio, que ha consagrado toda su vida al culto del dios Asclepio, cada vez es más consciente de que ha perdido la fe en los dioses y ya no encuentra sentido a los antiguos mitos y rituales. Contempla el sufrimiento, la enfermedad y la muerte, incapaz de llenar su vacío hasta que un día escuchará un relato que cambiará su vida para siempre, un mensaje de confianza en el futuro.
Los milagros del vino recrea un mundo fascinante en el que tendrá lugar la transformación más importante del pensamiento occidental.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2010 Planeta
590
978-84-08-09329-9
Valoración CDL
3
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Imagen de Azafrán

Podalirio, un sacerdote del culto de Asclepio, en realidad el encargado del templo de Corinto dedicado al dios griego protector de la salud –hierofante era el nombre que se daba al sacerdote principal del templo- es el protagonista de esta historia que sumerge al lector en la antigüedad helénica, allá por la segunda mitad del primer siglo de nuestra era.
Podalirio tenía esposa, Nana, y un hijo que le ayudaba en las tareas del culto y una nieta. Pero su corazón experimentaba la ansiedad: un ser sensible que buscaba la razón del por qué los dioses parecían odiar al hombre, y se vengaban de sus anhelos de superación. Podalirio buscaba consuelo para su alma sensible y dolorida: amaba –extramaritalmente- a Eos, una sacerdotisa de Afrodita. Eos padecía cáncer de mama y cuando murió, Podalirio experimentó la amargura de la soledad.
Llegaron a Corinto, rumores de una nueva doctrina sobre un enviado de los dioses capaz de hechos extraordinarios –curaba a los enfermos y consolaba a los que padecían la acción de los demonios-.
Tito, un noble y toda su casa, acogieron esta nueva doctrina e invitaron a Podalirio con el fin de que conociese a dos judíos llegados de Roma: Saulo y Lucio autor de un manuscrito en el que se relataba la vida y hechos extraordinarios de un tal Jesús de Nazaret. Tanto impresionó este relato a Podalirio que le movió a realizar un viaje a la tierra de Jesús para conocer directamente a algunos testigos directos de la vida de ese tal Jesús.
Así que Podalirio deja a toda su familia y emprende un viaje por mar hacia Judea. Lleva consigo cartas de presentación de Lucio, quien le pide que vaya a conocer a Susana, artesana del vino y perfumes.
Susana, una mujer judía, madura y soltera además de rica, desvelará, a lo largo de todo un año, sus vivencias, sus encuentros con Jesús de Nazaret a quién conoció en las bodas de Canaan. Ella fue, según Sánchez Adalid, quien perfumó los pies de Jesús en los días previos a la Pasión. Y también ella será una de las mujeres que acudieron al sepulcro de Jesús y descubrieron que no estaba allí. Y será igualmente testigo de su resurrección.
El mérito indiscutible del relato es el acercamiento que el lector realiza, a los conocimiento de usos y costumbres de la antigua Grecia. Y de la vida de los judíos ricos contemporáneos de Jesús.
Sin embargo, las reacciones al mensaje de Jesús de Nazaret parecen corresponderse con las de un hombre escéptico del siglo XXI, de un racionalista relativista.
La historia demuestra que numerosos cristianos recibieron el mensaje con una apertura de mente, con una entrega a la misión de testigo que les llevó a morir defendiendo la veracidad de su testimonio y trasmitiendo así su creencia en el "Dios vivo". Esa vibración es la que falta en el personaje de Susana. No resulta convincente que una persona, tras haber conocido a Jesús, se encerrase en sí misma y se negase a proclamar lo que "el Señor había obrado en ella".
Por otra parte, es de sobra conocido que en el mundo pagano y politeísta de la antigua Grecia, el culto a Eros implicaba bacanales y toda clase de manifestaciones de la concupiscencia carnal. Hacer referencia a ello quizás se corresponda con el periodo histórico pero parece excesivo dedicar prácticamente la primera mitad del libro a describir el ambiente libidinoso y los "consuelos fuera del matrimonio" con los que Podalirio trataba de compensar su austera vida de sacerdote del culto de Asclepio.

Imagen de fcrosas

Es un libro audaz. Tiene la dignidad estilística a la que nos tiene acostumbrados el autor. Parece, por otra parte, volver a la narración de gran aliento como fue su Félix de Lusitania. La ambientación, como siempre, es buena. Tiene también los "tics" del autor: la morosidad y sensualidad de algunas descripciones.
Lo más difícil y atrevido, la caracterización de Jesucristo en la novela como un personaje más de la acción. A quienes recen y lean y contemplen asiduamente los textos sagrados les rechinará, como sucede con todas las películas que sobre Cristo se han hecho. Pero es muy de agradecer al etrevimiento del autor en una época en que tanta gente -aun en países de larga tradición cristiana- desconocen totalmente al Salvador de la humanidad.

Imagen de aita

Esta nueva novela de Sánchez Adalid regresa al siglo I y narra el largo itinerario de un sacerdote del dios Asclepio, hasta su conversión al cristiansimo. Narra con gran viveza el mundo de Grecia y Judea en la época. Muy interesante.