La Casa de Dios

Novela que caricaturiza la sanidad y dentro de ella la vida de los médicos internos en fase de formación hospitalaria. El autor sitúa su novela en un supuesto Hospital judío de Nueva York denominado "La Casa de Dios". Samuel Shem es médico psiquiatra y denuncia el absurdo y la inhumanidad que envuelven hoy la práctica médica; inhumanidad que alcanza no sólo a los enfermos, sino también a los propios médicos. Publicada en 1978, la novela ha seguido reeditándose hasta el día de hoy y, según su editor, ha vendido más de dos millones de ejemplares.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2009 Anagrama-Compactos
466
978-84-339-6731-2

Edición original americana en 1978.

Primera edición española en 1998.

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Comentarios

Imagen de reyes

Es un libro desaconsejable totalmente. Su autor a pesar de los años trancurridos no ha dejado la obsesión por el sexo. Las descripciones que hace explícitas sobre su pareja diciendo que siempre está desnuda, se sienta a comer desnuda, y describiendo explicitamente lo que ve, lo que piensa, lo que siente, como se comportan ciertas partes del cuerpo dependiendo de la postura, etc, y su descripción explícita también de lo que hace en el hospital con alguna enfermera; refleja un trastorno sicológico que deberia ser tratado por algún colega suyo del ramo, pero que esté sano mentalmente.
El autor describe situaciones en el hospital con los viejos, y con otros enfermos, que puede que se den casos entre residentes, estudiantes, e incluso profesionales especializados, pero desdeluego son los menos. Y el supuesto "humor" que se le atribuye, no es tal, de no ser que en el calificativo de "humorista" se haya usado el sentimentalismo barato.
Estoy en el ramo de la medicina desde hace muchos años, y lo he vivido incluso fuera de España, por lo que todo el libro es un despropósito monumental.
Después de comprarlo fiándome de la sinopsis que se le ha hecho, ha acabado en la trituradora para que nadie pueda ojear ni una página.

Imagen de enc

¿Cómo se escribe una novela de 450 páginas en la que la atención del lector no decae ni un solo momento? ¿Es necesario ser médico psiquiatra para publicar una novela que treinta años más tarde siga siendo actual? ¿Quién es capaz de escribir una primera novela sin errores aparentes, con total soltura y naturalidad en el estilo? Parte de la respuesta a las preguntas anteriores está en el hecho de que la Medicina es algo que siempre interesará a los lectores. Por otra parte los novelistas se documentan para escribir sobre algo, en tanto que Samuel Shem ha vivido en primera persona aquello que escribe. Humor, crítica, psicología y descripción de la vida en un hospital son los materiales con los que el autor elabora su denuncia sobre la formación de la clase médica y la atención sanitaria, hoy y desde hace más de treinta años. La crítica se centra en el absurdo y la inhumanidad. El absurdo, si se puede hablar así, reside en el hecho de que gran número de personas de edad avanzada, con sus facultades cognoscitivas disminuidas, ocupan camas en los hospitales sin perspectiva de mejorar ni de morir. La inhumanidad de esta medicina para longevos está en el deterioro de la naturaleza humana y en el desprecio con que los tratan aquellos que deberían atenderlos. No menos nocivo es el encarnizamiento terapéutico; siempre hay alguien dispuesto a "intentar algo más", aun en contra de los deseos del paciente o de los familiares que sólo desean que le dejen morir en paz. La inhumanidad alcanza a los mismos médicos en formación cuando el abuso de una posición preeminente, la crueldad con aquellos que se equivocan, la competitividad o el exceso de horas de trabajo les afectan gravemente. El sexo entre el personal sanitario tampoco es humano, sino casual y forzado por la convivencia entre hombres y mujeres jóvenes, durante muchas horas y en situaciones frecuentemente tensas. El argumento de la novela está en el proceso de deshumanización y posterior recuperación de su protagonista, el médico interno Roy Basch. La contrafigura de Roy es Berry, su novia de siempre, estudiante de psiquiatría. Berry sabe que Roy tiene una relación con una enfermera, pero es capaz de esperar hasta recuperarlo felizmente cuando termine el internado. Algunas ideas introducidas por el autor inciden precisamente en esa humanidad; como cuando Sanders, médico joven que está muriendo a causa de un cáncer, afirma: "Médico es el que está ahí, aunque no pueda hacer nada por su paciente". La lectura de "La Casa de Dios" puede constituir una terapia para el personal sanitario y una voz de alarma ante la medicina que se practica hoy en día. El abuso del sexo en sus páginas nos lleva a no recomendar la novela más que a lectores interesados en la materia.