La luz entre los océanos

Una mañana de abril de 1926, un bote encalla en la costa rocosa de una remota isla australiana. En su interior yacen un hombre muerto y un bebé que llora con desesperación. A su encuentro salen Tom Sherbourne, el farero, y su joven esposa, Isabel. Se han instalado en la isla para dejar atrás los horrores de la Primera Guerra Mundial, y lo único que ensombrece su felicidad es la incapacidad de tener hijos. Ante la impresión que les causa un ser tan frágil e indefenso, Tom e Isabel deciden seguir el dictado de sus corazones y adoptar a la criatura, sin notificar el hallazgo a las autoridades. Un par de años después, cuando llega a su conocimiento que la madre de la niña está viva y mantiene la esperanza de encontrar a su hija, las tensiones se desatan en la pareja. Isabel ya no concibe la vida sin la pequeña Lucy, pero la decisión que han de tomar y el sufrimiento de la madre biológica harán que los hechos se precipiten en una cadena de consecuencias imprevisibles. 

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2013 Salamandra
384
9788498385571
Valoración CDL
3
Valoración Socios
4
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Imagen de Azafrán

Una novela que mantiene al lector atento a la evolución psicológica de los personajes. Y que demuestra que los sentimientos del corazón humano nos igualan así como las decisiones que tomamos no sólo influyen en los demás, también son decisivas en cuanto a lo que producen en nosotros mismos. Nos acercan o nos alejan de los demás. Crean lazos o los rompen porque muestran generosidad o egoísmo.

Tom Sherbourne, un joven que regresa de la primera guerra mundial, cargado de condecoraciones por su valor, lamenta profundamente haber causado la muerte a soldados enemigos. Se siente frustrado, derrotado, a su retorno a Australia.

Allí consigue un trabajo de vigilante de faro y conoce a una joven que le devuelve la ilusión y las ganas de vivir. Se casan y comienzan una vida aislada en un faro de una de las islas frente al continente australiano.

Soledad y felicidad parecen sinónimos para la pareja de recién casados. Los problemas empiezan con los embarazos de su joven esposa, Isabel, quien llega a perder hasta tres de sus hijos. En esas dolorosas circunstancias, el mar arroja a las playas de la solitaria isla una barca en la que viajaba un hombre muerto y un bebé. ¿Cómo podía resistirse Isabel a criar a esa niña que llega a la isla como un regalo del cielo?

Pero deber y felicidad frecuentemente se oponen y así Tom cede al dolor de su esposa, a la emoción de ver crecer una hija, a la felicidad de formar una familia…

Meses después, durante un permiso de vacaciones en casa de la familia de Isabel, el matrimonio conoce la tragedia de una vecina quien sufre el terrible dolor de haber perdido a su esposo y a su hija en el mar. Ese sufrimiento apela a la recta conciencia de Tom que se siente causante de él. Y escribe una carta anónima a la pobre mujer para consolarla asegurándole que su marido fue enterrado y que su hija vive feliz con una familia que la quiere.

Lógicamente la carta lleva a la policía a descubrir el lugar donde vive la niña y Tom es detenido acusado de varios cargos y del posible asesinado del padre de la niña.

La resolución de este caso lleva al lector a una profunda reflexión sobre lo que significan los hijos en la familia y sobre la relación de los esposos quienes comparten todo en lo bueno y en lo malo, el apoyo en las dificultades, la generosidad y la comprensión, el perdón.

Las dificultades en las relaciones entre padres e hijos ya adultos que toman sus propias decisiones y que frecuentemente no coinciden con los que los padres han soñado para aquellos.

Las conductas sociales, de grupo, que carentes de reflexión personal, de conciencia individual, suelen avocar a los individuos contra los toman conductas agresivas, a cometer actos de los pueden derivarse graves daños e incluso la muerte.

La comprensión y la ayuda que las personas amigas pueden llegar a prestarse, pequeñas acciones que buscan el bien del otro por encima del propio y que conllevan renuncias importantes.

En fin, una novela que merece la pena ser leída y comentada desde todos los ángulos que los distintos personajes permiten ver, con más luz, las difíciles situaciones en las que la vida puede ponernos. Especialmente el concepto que del perdón tienen los personajes (Tom sugiere a la joven del barco que perdone al soldado que vuelve de la guerra desorientado y trata de abusar de ella al principio de la novela y sin embargo, al final de la novela, ella no quiere perdonar a Tom haberse quedado con Grace, quiere que lo condenen a la pena máxima, y lo quiere más que a su propia hija).

Desde el punto de vista del estilo es una novela de ciclo completo. Comienza con la descripción del faro y de la isla como lugar seguro (no hay animales venenosos, acoge a los náufragos de un barco, incluso los acoge eternamente, acoge al austriaco perseguido, se convierte en lugar seguro para una niña…) Es un punto de inflexión para la violencia del océano a partir del cual comienza la calma… El faro da seguridad a los navegantes desde muchísimos kms de distancia.

La novela termina con la descripción de los recuerdos que Luci-Grace tiene del faro y de un hombre que la subía sobre los hombros para ver más lejos. La verticalidad del faro coincide con la verticalidad de Tom con la niña Luci, luz, sobre sus hombros. Ella sabe, después de muchos años encontrar el camino a su faro particular, la familia de Tom e Isabel.

Imagen de Ran

La obra que se nos presenta está bien articulada, con una narrativa fluida , ritmo sostenido y una acción que combina en todo momento escenas entrañables con  el dibujo de escenarios, paisajes, etc., no sin cierto grado de intriga que mantiene el suspense del desenlace final de modo brillante.

El argumento, su exposición y desarrollo es acertado. Presenta una rica variedad del amor conyugal, la paternidad/maternidad, la amistad desde un punto de vista muy humano, acorde con la dignidad de la persona, combinando el sufrimiento que acompaña a la vida real de cada personaje con la convicción de que ésta vale la pena ser vivida, que la paternidad/maternidad es un don preciosísimo que marca a los personajes de por vida.

Si hubiera que sintetizar el contenido de esta novela en una frase, sería: el amor conyugal, la paternidad/maternidad, es un don maravilloso, preciosísimo que marca la vida de los que lo hacen realidad, enriqueciéndola, dándole sentido para ser vivida con plenitud.

Su lectura es gratificante y enriquecedora.