El Club de los Raros

Relato juvenil que narra la historia de Hugo, un niño tartamudo cuyo problema se había agudizado con el paso de los años: se ponía de varios colores, dejaba de respirar y su familia se angustiaba. A los 9 años, empezó a pasarlo mal en el colegio, los alumnos mayores se burlaban de él, lo insultaban y le daban collejas. Algunos profesores tampoco lo entendían; otros, sí.  A los 11 años, su vida escolar era ya terrible, especialmente por el acoso del matón de la clase, Vicente, el más grande y el más fuerte de sus compañeros. Pero al inicio de ese curso, llegó Bernardo, un niño disléxico, y Hugo ya no estaba solo con su problema. Se hicieron amigos y compañeros, y un rayo de esperanza entró en sus vidas. Entonces, decidieron fundar el Club de los Raros, y a ellos se fueron uniendo otros niños de la clase: la miope, la pecosa, el gordo, la bajita, el diabético…; cada uno había sufrido su propio calvario.
El autor, Jordi Sierra i Fabra, fue un niño tartamudo y por este motivo no lo pasó bien en el colegio; pero con mucho esfuerzo consiguió superar este problema (como le ocurre al protagonista de este relato). De sus experiencias personales, ha nacido este libro que es parte de su propia historia. Sierra i Fabra con los años tuvo su propio programa de radio, y hoy es un notable conferenciante y da charlas en los colegios como escritor famoso para ayudar a todos los niños que le escuchan. Esa misma labor de formación y ayuda personal aparece recogida también en este libro cuando los alumnos tienen un “encuentro con el autor” de la última obra que han leído: la visita del escritor al aula y el coloquio que mantiene con los alumnos supone un cambio decisivo en la vida de algunos de ellos.
Con una prosa sencilla, en la que impera el estilo directo y la frecuencia  de los diálogos (que imprimen agilidad y dinamismo al relato con la voz propia de los niños), el autor trata temas fundamentales como la amistad y la comunicación, poder compartir opiniones y expresar los sentimientos sin trabas, mostrar respeto a los demás, y no reírse de los defectos ni de los fallos de los otros: “Ya no habrá ‘demás’, todos entenderán que eso que llaman defectos no es más que una peculiaridad, que nadie está al margen” (p.96). Hay que crecer, leer y reírse de uno mismo para poder superar los obstáculos. La novela está dedicada a todos los chicos con problemas: en el fondo, todos somos raros… y únicos.