El retorno de los brujos

Los autores hacen un estudio sobre los aspectos fantásticos de la realidad; lo que ellos denominan "realismo fantástico": aquellas realidades misteriosas que no alcanzamos a comprender, ya sea en la naturaleza o en la psicología humana. Realizan un recorrido desde los alquimistas medievales a las cosmogonías de los pueblos antiguos, las sociedades secretas o la literatura fantástica. La única conclusión posible es que la naturaleza, en su conjunto, excede de las facultades ordinarias de conocimiento de los seres humanos; que los hombres de todas las épocas han intentado penetrar en su misterio y que sólo ocasionalmente lo han conseguido.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1961 Plaza y Janés
481
97884013-34009

Ultima edición de 1998, en DeBolsillo.

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"El retorno de los brujos" constituyó un éxito de ventas en los años 60 del siglo pasado. La invocación de hechos reales, aunque misteriosos, y la facilidad de su lectura constituyen las bazas principales de este libro. La idea principal del mismo es la de que existen hechos reales que están fuera de nuestra capacidad de comprensión, y que negarlos no es la solución. En el ámbito natural abundan los ejemplos; realidades a las que en su día se dió una explicación mitológica o religiosa y que después han sido explicadas por la ciencia. Otros misterios, sin embargo, subsisten; por ejemplo ¿cuáles son las dimensiones del Universo?; o en otro orden de cosas ¿quién, cómo y por qué se hicieron las imágenes de Nazca? Pauwels y Bergier se preguntan si los antiguos tenían fuentes de información que hoy desconocemos. Es una pregunta sugerente.

De las tres partes del libro la más floja es la segunda. Trata sobre los aspectos mistéricos del nazismo. Nada de lo que se diga sobre Hitler y el nazismo puede sorprendernos. La naturaleza humana tiene una veta irracional y corrompida que puede aparecer en cualquier momento. La tercera parte trata sobre el misterio del hombre. A lo largo de la historia han existido hombres con capacidades cognoscitivas y poderes excepcionales: sabios y sanadores, poetas y místicos. Los autores hablan de una visión superior y de que estos hombres podrían estar viviendo hoy entre nosotros, sin que lleguemos a conocerlos.

Nadie puede negar que vivimos inmersos en el Misterio, desde los misterios naturales accesibles para la ciencia, hasta la propia naturaleza humana que frecuentemente nos resulta incomprensible. Santo Tomás de Aquino explica que hay misterios que lo son, no por falta de luz sino por exceso de ella. Pone el ejemplo de la lechuza que no puede mirar el sol porque sus ojos no están preparados para tanta claridad. De igual modo, hay misterios que lo son por exceder la capacidad de nuestro entendimiento. Podemos hacernos las siguientes preguntas: ¿Cómo puede una mente finita comprender la obra de un artífice infinito? ¿cómo puede lo material apresar lo que es inmaterial? En principio no es posible; hay una inadecuación entre el objeto y el instrumento. Pauwels y Bergier no niegan la existencia de un mundo espiritual, pero rehusan acudir a Dios como fuente y explicación del Misterio, y tratan de integrar todo, material y espiritual, en una teoría unitaria.

El libro ha de leerse con un cierto escepticismo y espíritu crítico. No aporta nada nuevo, sino la convicción de que existen fenómenos cuya comprensión nunca podremos alcanzar y otros que, por el contrario, se encuentran al alcance de la Ciencia que un día les dará una explicación. Mientras tanto podemos vivir perfectamente sin ella. Da mucha paz saber que somos creaturas, y que todo lo que existe y existirá tiene un papel en la mente de Dios, aunque no lleguemos a entenderlo. Como dice Nuestro Señor Jesucristo a los Apóstoles, cuando le preguntan por determinados hechos futuros: "No os corresponde a vosotros conocer los tiempos que el Padre ha fijado en virtud de su autoridad" (Hech 1.7).