Los días pequeños

Quizá hace mucho tiempo que no montas en una patineta para deslizarte cuesta abajo a toda velocidad; o que no subes a una torre para hablar con una nube; o que no afinas puntería con un tirachinas; o que no escuchas un cuento de miedo bien contado; o que no te sientas a silbar con tus amigos...
Ven, asómate a este libro y disfruta de las aventuras que hacen brillar los días y los llenan de alegría.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2018 Narval
100
978-84-948193

Ilustraciones de Daniel Piqueras Fisk

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Novela juvenil que recoge historias sencillas y divertidas de la vida en un pueblo pequeño. De protagonista coral, está formada por dieciocho relatos breves que se centran en los diferentes personajes que habitan en el pueblo: el hombre carta, Juan Tarambana, el niño Antón, Pedro Campana, la tía Gabriela, el abuelo Lucio. Cada uno de  ellos está perfectamente representado y protagoniza un episodio acorde con su personalidad: el primer viaje en patineta, una poesía para una historia de amor, la primera vez que sintió al lobo, un cuento de miedo, la historia de las campanas de la iglesia, etc.

Con un lenguaje poético y entrañable, el autor Pep Bruno hace revivir los recuerdos de veranos pasados, de las vacaciones, de las estancias en los pueblos, de una vida tranquila salpicada de ilusiones y de diversión, en un paisaje idílico: “Está bordeado de chopos y tiene una fuente generosa donde nace un río. El regato bordea la colina y se escabulle entre los árboles corriendo alegre como un niño que jugara al escondite” (p. 12). La obra, según cuenta el autor en el epílogo, está inspirada en Selas, un pueblo de Guadalajara, en el que pasó algunos veranos de su infancia.

La obra se completa con las ilustraciones de Daniel Piqueras Fisk, licenciado en Psicología y Publicidad. Sus dibujos son de trazo sencillo, en blanco y negro, llenos de humor y muy significativos con respecto a la trama y los niveles de comprensión. Tanto por los temas tratados como por el lenguaje, con descripciones idílicas, enumeraciones y comparaciones que definen un maravilloso paisaje, se considera una obra muy recomendable para todo tipo de público, que sonreirá con cada una de estas historias: “Sonó la campana más cantarina que nunca, como el rumor del río en la tarde o el canto del ruiseñor en la noche. Alegre y luminosa sonrió” (p. 77).