Embajador ante Franco

Memorias del embajador británico en España, sir Samuel Hoare. Corresponden al periodo 1940- 1944 durante la Segunda Guerra Mundial. Ocupaba la Jefatura del Estado español el general Francisco Franco y era Primer Ministro del Reino Unido sir Winston Churchill.

La "misión especial" que le había sido encomendada a Hoare era la de mantener a España apartada de la Guerra Mundial y del Eje Berlín-Roma. Esta misión, por distintas causas la mayoría de ellas ajenas al embajador, fue coronada por el éxito.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1977 SEDMAY
357
84-7380-258-6

Título original: "Embajador en misión especial" (1946). Título en España: "Embajador ante Franco en misión especial".

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Conocemos cuanto se refiere a la Segunda Guerra Mundial y que España se mantuvo próxima al Eje entre Berlín y Roma. Sir Samuel Hoare nos ofrece en este libro la trastienda, la pequeña historia de la Guerra Mundial en España. España había quedado arruinada después de la Guerra Civil y a ésta siguieron dos años de rigurosa sequía. La situación general del país era de hambre.

Hoare llegó a Madrid en 1940, iniciada la Guerra Mundial, y el Estatuto Internacional que mantenía España era de "no beligerancia"; es decir, se alineaba con las potencias del Eje pero no participaba en la contienda. Franco y la mayoría de sus generales mantenían que Alemania ganaría la guerra. Por su parte, los ejércitos alemanes habían se habían detenido en los Pirineos y aspiraban a penetrar en la Península cerrando el acceso al Mediterráneo de la Marina británica.

El 23 de octubre de 1940 Franco y Hitler se reunieron en Hendaya (Francia). Franco planteó a Hitler sus exigencias para que España entrara en la guerra al lado de Alemania: unas cantidades ingentes de trigo, materias primas y armamento, así como que fueran devueltos a España Gibraltar y el Marruecos francés. Si las primeras exigencias eran difíciles de atender la última era imposible de acuerdo con los términos del Armisticio firmado entre Alemania y Francia. Según éste, Francia conservaría sus posesiones coloniales. En consecuencia, España no iba a entrar en la guerra ni las tropas alemanas penetrarían en su territorio. Pero esta decisión podía cambiar.

Según el autor, hay dos momentos críticos para la intervención de España en la Guerra Mundial: La llegada de los alemanes a los Pirineos en 1940, y en 1942, cuando se produce el desembarco aliado en el norte de África (Operación Torch). En esta segunda ocasión los barcos y aviones aliados habían de concentrarse en Gibraltar, al alcance de los cañones españoles. Estos no intervinieron y el desembarco de las tropas aliadas en el Marruecos francés se produjo sin oposición.

Una vez que la iniciativa bélica comenzó a estar en el bando aliado la posición de Franco comenzó a cambiar, y en 1944 el General envió a Churchill un mensaje en el que le proponía que después de la guerra España y Gran Bretaña lideransen un frente anti-comunista en Europa. Samuel Hoare, que ya no mantenía una posición humilde ante el Gobierno español, califica dicha carta como cínica después de todas las dificultades que había sufrido por parte de la policía y del Gobierno mismo.

El autor sostiene que la mayor parte de la población española era hostil a Franco y se pregunta cómo fue posible que el General se mantuviese en el poder en esas circunstancias. Concluye que la oposición exterior a Franco se encontraba dividida y carente de líderes y que ello hizo posible la supervivencia del Generalísimo: "Si la fuerza de un gobierno -escribe- reside en la debilidad de la oposición, el régimen de Franco era mucho menos precario de lo que muchos de sus críticos en el extranjero y los españoles emigrados pensaban" (pág.334).

Una lectura clásica, muy interesante, sobre la situación de nuestro país durante la Guerra Mundial. El autor hace referencias críticas a Franco, a su cuñado Serrano Suñer y a la Falange Española por lo que no fue publicado en este país hasta después de la muerte del Caudillo. Está introducido por unas "Puntualizaciones" de Serrano Suñer que tratan de contradecir las acusaciones que hace el autor contra él. Resultan de mal gusto y en todo caso hubiera sido más correcto colocarlas al final. El libro está muy bien escrito y traducido.