Arriesgadas propuestas

 

Dentro de los estudios del cristianismo antiguo deseamos detenernos en una arriesgada propuesta del profesor brasileño Paulo Nogueira, acerca del uso de la preeminencia en el uso de los libros apócrifos y otras fuentes menores, frente a la línea clásica, tradicional seguida habitualmente en este tipo de trabajos.

En primer lugar, señalará nuestro autor: “nuestro objetivo es proponer una hipótesis de lectura del cristianismo primitivo que nos saque de posiciones cómodas, según las cuales nuestro mundo se fundamenta en las creencias y valores de los antiguos, que podrían ofrecer alternativas sociales y políticas para el mundo de hoy” (15).

Lógicamente, también tendrá en cuenta los escritos del Nuevo Testamento, y se detendrá especialmente en los cuatro Evangelios, el Apocalipsis de Juan, las cartas de San Pablo y los Hechos de los Apóstoles (32).

Asimismo, valorará enormemente los escritos de los Padres Apostólicos, especialmente de la Didajé o Doctrina de los doce apóstoles por ser escritos litúrgicos que han sido apreciados en la piedad popular. Asimismo, por el tono, la problemática humana que plantea, la realidad del pecado, valorará mucho el Pastor de Hermas (33).

Volviendo a los textos apócrifos, nuestro autor busca equipararlos de alguna manera a los anteriores, aduciendo que “gozaban de gran popularidad entre las comunidades cristianas del Mediterráneo. Hay que tener presente que muchos de esos apócrifos sobrevivieron en pequeños fragmentos, como ocurre, por ejemplo, con los papiros de Oxyrinco, en Egipto, esos fragmentos de evangelios perdidos tienen un valor especial para la investigación por el hecho de haber sobrevivido en un soporte que refleja un uso cotidiano” (35).

Finalmente, nos hablará crudamente del error de Bultmann: “aplicando un procedimiento que implica la separación entre lenguaje y contenido, Bultmann sustituye sistemáticamente el mito por la filosofía existencialista. De esa forma, el texto bíblico, libre de las credulidades del pasado, podría interpelar al hombre moderno, marcado por la ciencia y la tecnología. Sin embargo, el proyecto de Bultmann es anacrónico por varios motivos (…). El cristianismo primitivo no puede ser evaluado exclusivamente a partir del carácter fáctico de sus relatos (…). Los primeros cristianos no pueden ser acusados de omisión y de mutismo” (39).

En cambio, la propuesta de nuestro autor es la siguiente: “Para hablar de la historicidad del cristianismo primitivo resulta mucho más acertado recurrir a la historia cultural y a su sensibilidad respecto a las formas de expresión de una sociedad” (39-40).

Lógicamente, nuestro autor rastreará, en las fuentes de la historia de la cuenca del mediterráneo, de los diversos pueblos, política, religión, costumbres sociales, mentalidades, etc. De ese modo podrá intentar entender el punto de vista cristiano, en lo que tiene de ruptura y en lo que tiene de continuidad 

José Carlos Martín de la Hoz

Paulo Nogueira, El cristianismo primitivo como religión popular, ediciones Sígueme, Salamanca 2019, 156 pp.