Catolicismo español de comienzos del siglo XX



            La
devoción al Sagrado Corazón de Jesús cobró un gran
impulso en el siglo XVII con las apariciones a santa Margarita María de Alacoque (1647-1690), especialmente la de 1675, en la que
la santa anota lo siguiente: “He aquí este corazón que
tanto ha amado a los hombres, que nada ha perdonado hasta agotarse y consumirse
para demostrarles su amor; y en reconocimiento no recibo de la mayor parte sino
ingratitud, por sus irreverencias y sacrilegios, y por la frialdad y desprecio
con que me tratan en este sacramento de amor (la Eucaristía). Pero lo
que más me duele es que son corazones que me están consagrados
los que me tratan así” (p.32). Y una promesa: “Él me
ha prometido que todos aquellos que se le dediquen y consagren no
perecerán nunca” (p.32).


            El
prof. Luis
Cano ha recogido en una extensa monografía la historia
de esa devoción y su desarrollo en España hasta los primeros
días de la II República.
Una historia, centrada en la Dictadura de Primo de Rivera,
que aporta muchas luces acerca del ambiente y de la práctica religiosa en
ese período.


            El
arraigo de esta devoción en España se fundamenta, entre otros
hechos, en el de la gran promesa que recibió el P. Hoyos en Valladolid
el 14.V.1733: “Después de comulgar tuve la misma visión del
corazón…Dióseme a entender que no
se me daban a gustar las riquezas de este Corazón para mí solo,
sino para que por mí las gustasen otros. Pedí a toda la Santísima Trinidad
la consecución de nuestros deseos, y pidiendo esta fiesta (del Sagrado
Corazón) en especialidad para España, en que ni aun memoria
parece hay de ella, me dijo Jesús: Reinaré
en España y con más veneración que en otras muchas partes
”(p.38).


            El
autor recoge pormenorizadamente la historia de la institución de la
fiesta universal del Sagrado Corazón, la consagración del mundo
(León XIII 1899) y de las naciones al Sagrado Corazón (la primera
fue Ecuador en 1873; en España en 1919) y, finalmente, la
instauración de la fiesta universal de Cristo Rey  (Pío XI 1925). Hechos que  están muy relacionadas entre
sí y con la desorientación espiritual de la época en el
mundo.


            Respecto
a 1930 anota el Prof. Luis Cano
como resumen: “El discurso de Cristo Rey expresaba a menudo dos conceptos
inseparablemente unidos: el reinado interior fruto de la consagración y
de la búsqueda de la identificación con los sentimientos del Corazón
divino y, por otro lado, el reinado social” (p.269).


            Por
aquellos años llegaban a España noticias de los mártires
de la persecución religiosa en México: “causaba
inmersión el grito de ¡Viva
Cristo Rey!
Con el que morían muchos de ellos” (p.287). De
hecho, con ese mismo grito habrá muchos mártires en la
persecución religiosa en España durante la guerra civil.
Así el cardenal Vidal y Barraquer, arzobispo de Tarragona en 1928
“volverá a referirse al martirio, considerándolo la
más perfecta realización del reinado de Cristo entre los
hombres” (p.290)


 


José Carlos Martín de la Hoz


 


Luis CANO, Reinaré
en España
. La mentalidad católica a la llegada de la Segunda República,
ed. Encuentro, Madrid 2009, 365 pp.