Convivencia civil

 

Los hechos diarios que acaecen y de los que somos informados cumplidamente, gracias a la globalización de la sociedad y de la cultura de nuestro tiempo, conllevan como efecto perverso el desarrollo en el ser humano de un mecanismo de defensa; una gran capacidad para el olvido, aunque solamente sea debido a que desgraciadamente unos acontecimientos pisan y hacen olvidar a los siguientes.

De todas formas, no podemos engañarnos y pensar que tenemos una desarrollada capacidad de encajar esos golpes y esas situaciones dolorosas de la vida humana, y que no nos afectan, pues esos hechos, indudablemente, pesan y mucho en el ánimo del ser humano, a poca sensibilidad que se tenga como persona humana. Frente a ello, es necesario meditar de fondo los acontecimientos, pensar en sus raíces de fondo, aprender de los errores y buscar soluciones eficaces.

En el interesante trabajo publicado por el profesor Michael Ignatieff, docente en las más prestigiosas universidades del mundo ensayista, académico y expolítico liberal canadiense, se entra a cuestiones delicadas ocurridas en nuestra sociedad o a problemas endémicos de la misma, como es el caso de las guerras de religión recientemente vividas en Bosnia-Herzegovina de la que apenas se oye hablar, pero que en verdad continua latente.

Es muy interesante la narración de la escena de la destrucción de la gran mezquita musulmana de Sarajevo construida en 1540 y, por tanto, una de las grandes joyas del arte otomano en la zona. Efectivamente, entre 1992 y 1995 fue severamente destruida por la artillería serbia desde las colinas que rodean la ciudad, hasta dejarla reducida a pavesas.

Como señala el profesor Ignatieff, la destrucción de esta mezquita (como podría haber narrado la destrucción sistemática de la catedral católica) en la ciudad de Sarajevo: “fue un ataque contra una idea sobre Europa como un continente del que el islam había formado parte durante siglos, y donde los judíos, cristianos y musulmanes, por no mencionar a serbios, croatas y a bosnios, habían vivido, al menos en ciertos periodos, en paz” (128).

Según narra en primera persona, el autor de este trabajo, aquella guerra fratricida parecía un drama dantesco y da mucho que pensar sobre esa guerra civil para aprender: “pasé días con unos y otros, tratando de descubrir cómo las virtudes de la confianza y la convivencia podían desaparecer de la noche a la mañana para ser reemplazadas por un odio desconcertante e intenso. Ellos mismos estaban perplejos con respecto a como los hermanos podían convertirse en enemigos y los antiguos amigos podían estar disparándose unos a otros. Daba la impresión de que tales virtudes no eran difíciles de ejercitar cuando tanto los serbios como los croatas podían contar con la protección del Estado autoritario del primer ministro Tito. Cuando murió, el sistema comunista se derrumbó y los pueblos independientes pudieron celebrar elecciones” (128).

José Carlos Martin de la Hoz

Michael Ignatieff, Las virtudes cotidianas. El orden moral en un mundo dividido, ediciones Tauris, Barcelona 2019, 335 pp.