De persona a persona

 

El sacerdote operario diocesano y profesor de Teología, el toledano Juan Manuel Cabiedes lleva, desde su doctorado en teología y antropología cristiana por la Gregoriana de Roma, desarrollando una amplia labor pastoral y de investigación en España y en diversos países americanos.

En efecto, el Prof. Cabiedes, como se puede comprobar por los encargos pastorales que ha desarrollado hasta el momento, está especialmente dedicado a la formación de vocaciones sacerdotales.

Así pues, el trabajo que ahora nos ofrece no solo es fruto de sus largas lecturas, estudios, investigaciones, congresos internacionales, sino, sobre todo, de una extensa e importante práctica pastoral.

Es más, la obra que ahora comentamos, es tan sólo una breve introducción, a modo de apresura síntesis, aunque ya bastante elaborada, de su modo de contemplar la antropología de la vocación cristiana.

Lo más importante de estas líneas, y de las que seguirá escribiendo en el futuro, está en el concepto clave de la vocación como alteridad, como llamada de persona a persona, es decir, algo que abarca la totalidad de nuestro ser.

Indudablemente, tal y como expresa la vocación el profesor Cabiedes la vocación, dentro de la teología espiritual cristiana y la antropología de tradición occidental, es una verdadera manera de vivir (11), dentro del común vivir cristiano.

Así pues, la vocación marca el sentido profundo de la existencia y revierte hacia el interior; pues es en el fondo del alma, en el centro del corazón, en el espacio fundante (18), donde se descubre la llamada y desde donde arranca una respuesta que se actualiza cada día.

Es muy importante la revitalización diaria, pues en la tarea del amor, en la relación de donación, es clave la revisión. Puesto que Dios no deja de buscarnos, de sembrar su amor, es el hombre el que no debe dejar de “buscar a Dios” (41).

Así pues, los elementos clave de esta antropología de la vocación se ponen en juego en este breve tratado, con la fuerza de estar redactado desde la alteridad, la relación, la libertad y el don.

El autor nos dirá que, “sin vocación, el ser personal se condena a tratarse y ser tratado con indiferencia”. Es muy duro vivir de modo anodino, cuando el hombre, cada hombre, es amado por sí mismo.

De hecho, como nos narra la parábola del sembrador, cada día Dios vuelve a sembrar, impenitentemente, la semilla del amor, la del destino eterno, la de la llamada a la intimidad divina, en el corazón de cada cristiano.

José Carlos Martín de la Hoz

Juan Manuel Cabiedes, Antropología de la vocación cristiana. De persona a persona, ediciones Sígueme, Salamanca 2019, 265 pp.