Entretelas del periodismo

 

El periodista David Jiménez escribe El Director editado por Libros K.O. Esta editorial no es de las más conocidas, quizá porque a éstas no les interesaba el relato. Jiménez ha sido director de El Mundo durante algo más de un año. Ahora refiere su periplo por el Despacho durante ese tiempo, cuando la propiedad le propuso como tal dejando la primera línea de información como corresponsal de guerra durante años. No parece ser un alegato a su favor, si bien defiende su independencia y ética profesional, frente a las presiones de la propiedad que cambia de manos. Y no está libre de su óptica personal.

Quizá esta obra pueda considerarse como un curso abreviado sobre la vida real de un periodista, y por ello interesante y útil para los estudiantes y becarios del mundo de la comunicación, pues les serviría para madurar profesionalmente.

El relato fluye con agilidad y garra de escritor certero que mantiene el interés. Se refleja en las personas concretas con nombres genéricos sobre su papel e influencia en la Redacción, incluso chistosos: El Cardenal (intrigante como Mazarino, con formas de delfín pero siendo un tiburón), la Digna, los Nobles (de la segunda planta donde se gobierna y comercia), Money, Sillicon Vallery, la Favorita, la Pecera, la Nevera, el Señorito, y así tantos otros. No parece un ajuste de cuentas sino un relato de experiencia de quien ha mantenido dosis de idealismo: quería que ese Diario fuera un periódico de principios y no de partido, dice. Ha comprobado cómo tantas veces los medios mantienen un juego de favores con el poder.

El autor lo resume al decir que es un retrato íntimo de las encrucijadas éticas, las relaciones personales, las amistades y deslealtades que se viven cuando se ocupa el despacho de uno de los grandes diarios del país.

Se dice que la prensa es el quinto poder y parece que es verdad, si bien tantas veces está sometida a la presión de los gobiernos y ministros, los poderes y el dinero, y los partidos, entre otros, algo que narra con hechos concretos vividos que dan realismo al trabajo periodístico.

Jesús Ortiz López