Estudios sobre la violencia

 

Con gran acierto y profundidad, el último número de la Revista de la Facultad de Teología “San Vicente Ferrer de Valencia”, denominada “Anales Valentinos” (2018), está dedicado, en su mayor parte, al estudio de las relaciones entre violencia y religión, a raíz de los últimos libros y congresos internacionales que se han desarrollado sobre la cuestión.

Es el propio director de esta prestigiosa revista de investigación, el profesor José Ramón López de la Osa O.P., quien ha coordinado los temas, ponencias y ponentes de modo que se abarcan todas las diversas perspectivas: teológica, histórica, antropológica, artística y literaria.

Es interesante, en efecto, volver al estudio de la violencia y a su constante presencia a lo largo de la historia, hasta hace bien pocos años y, sobre todo, a su recrudecimiento en nuestros días con el rebrotar del fundamentalismo islámico en forma de actos terroristas, e incluso de guerras abiertas propiciadas por el llamado “Estado Islámico” (IS) en amplios países y zonas del Oriente Medio, África y Asia.

Como muy bien ha expuesto el Prof. José María Pérez Soba, en el estudio marco con el que se abre esta obra de conjunto, es el recrudecimiento y la apropiación de los métodos violentos en nombre de la religión para imponerla a otros o para supuestamente defenderla, lo que ha hecho que el fundamentalismo islámico haya sido más denostado y despreciado por inhumano en el mundo entero.

Asimismo, esas desafortunadas acciones de unos cuantos musulmanes, ha servido para purificar la intolerancia que pudiera haber en el ánimo de algunos creyentes de otras creencias y los ha llevado a la búsqueda sincera de Dios y de la paz (23).

En el caso de la religión católica, la violencia de algunos pocos, ha servido para recordar a todos los cristianos, cual es la esencia de la verdadera fe cristiana: el encuentro personal y confiado con Jesucristo. El cristianismo es un impacto, una conversión al amor a la persona de Jesús y, por amor a Jesús, al amor a los demás hasta dar la vida por ellos, como hizo el Señor con nosotros (24). No se trata, pues de Releer el sentido religioso sin la violencia, sino de religar de nuevo al hombre con Dios y de captar su llamada a la identificación.

El santo Padre Francisco y las investigaciones teológicas que ha propiciado han recordado que nuestra tarea es de servicio a los demás. El año de la misericordia que propició el Santo Padre, los años dedicados a estudiar el servicio de la familia y el año dedicado a la formación de la juventud, son verdaderamente llamadas a la identificación de cada cristiano con Jesucristo para construir un mundo de paz, de respeto a la vida, al hombre y a la naturaleza.

Verdaderamente, como decía san Josemaría, la violencia solo engendra violencia y nunca podrá ser el camino del diálogo y de la verdad, propio de Jesucristo que trajo la paz y no la espada, el diálogo y no la confrontación, el amor y la misericordia. Quien ha muerto en la cruz por los hombres y con su muerte redentora pagó por todos y para siempre, Cristo, el Príncipe de la paz, alcanzará la unidad de todos los cristianos mediante el ejercicio de la caridad y del servicio al hombre. Así lo recordó el Santo Padre Francisco en 2017, en Upsala el Centenario de las tesis de Wittemberg de Lutero.

José Carlos Martin de la Hoz