Fernando de los Ríos y la historia



            La reciente edición de un conjunto de trabajos históricos
publicados  por el conocido intelectual
del PSOE, catedrático de
la
Universidad Central
y Ministro de la Segunda República, Fernando de los Ríos, en la primera mitad del
siglo XX, pone de manifiesto la importancia de la honradez en el trabajo
intelectual.


            El título de este trabajo es plenamente acertado:
Religión y Estado en la España del siglo XVI, pues cómo dice el autor: "Una polémica secular, más violenta y
personal que preocupada de su propia veracidad, nos ha ido arrastrando a todos
a tomar posiciones en uno y otro bando; esto es, de la historia en sí misma se
ha hecho inicialmente un campo de combate entre dos ejércitos del Siglo XVI
cuyas mutuas invectivas y causas de reto han seguido cruzando el escenario
histórico no obstante haber cambiado éste por completo
" (p.51).


            Enseguida refleja Fernando de los Ríos como la Primera
Guerra
mundial
(1914-1917) puso en crisis el racionalismo: "resurgía, pues el problema de la significación del espíritu en su
unidad y, en conjunción con él, el de discernir el sentido de la vida
"
(p.56).


            Prueba de su opción intelectual es el siguiente
razonamiento: comienza diciendo que hasta el Renacimiento había habido una gran
unidad en torno a la figura de Cristo Jesús. A partir de esas fechas se
producirán  las dicotomías: fe y
espíritu; autoridad y libertad; tradición y progreso; universalidad e
individualidad. Hasta ahí estamos plenamente de acuerdo con él, pero no es
exacto afirmar que el Estado quiso dominar la Iglesia en la España del siglo
XVI, puesto que el fin del Estado era el mismo de la Iglesia: la salvación de
los hombres. Como se puede observar simplemente leyendo la Recopilación de
leyes de Montalvo o de Palacios Rubios. La interpretación de Fernando de los
Rios es la siguiente: "El Estado español
orienta su vida igualmente a la acción, más señalándole como objetivo la
conquista de las almas, a fin de obtener
la salvación. Esta idea es
la idea rectora del Estado-Iglesia de España en el Siglo XVI; ella ilumina su
actitud así en Europa como en América, y por eso el Estado español del XVI es
el instrumento histórico de la ética católica
" (p.69).


            También, líneas adelante, señala: "Con el principio de ‘razón de estado’ intenta justificarse el
Estado-Iglesia, intentando justificarse el drama creado a la conciencia
disidente
" (p.73).


            En mi opinión, sencillamente el pueblo, al igual que sus
gobernantes, tenía una concepción cristiana de
la vida. No veo necesario mayores argumentaciones. Tampoco
para la defensa de la fe hace falta una ‘razón de estado’, pues sencillamente
vivían en ella. No hace falta atrincherarse en la historia, ni hacer de ella un
arma de combate, pero sí leerla serenamente para ver que hay muchos intelectuales
ideologizados.


 


 José Carlos Martín de la Hoz


 


Fernando de los Ríos, Religión y Estado en la España del Siglo
XVI
, ed. Renacimiento, Sevilla 2007, 313 pp.


Octavio Ruiz Manjón, Fernando de los Ríos, Un intelectual en el
PSOE
, ed. Síntesis, Madrid 2007, 511 pp.