Franco y el clero

La tesis de este trabajo de Feliciano Blázquez,

se plantea en las primeras páginas de su trabajo. Se trata de la

contraposición de dos cardenales españoles y su postura ante la guerra civil:

Vidal y Barraquer y Gomá. Al segundo lo sitúa en la línea de la España de

Franco. Al primero en la Iglesia moderada que debía haber apoyado a la

República y mantenerse al margen durante la guerra civil.

Las posiciones quedan marcadas por dos textos.

El de la Carta Pastoral promovida por Pla y Daniel del 21 de mayo de 1939. "No

había sido esta cruzada ordenada y publicada por la Iglesia, pero fue

reconocida y bendecida como tal por Pío XI el 14 de septiembre de 1936" (p.16). Este texto sería la mentalidad de Gomá.

El segundo, en apoyo de Vidal y Barraquer,

vendría marcado por las instrucciones que el Nuncio Tedeschini trasmite de la Santa Sede a los obispos del 24 de mayo de 1931: "Es deseo de la Santa Sede que V. E. recomiende a los sacerdotes, a los religiosos y a los fieles de su

diócesis que respeten los poderes constituidos y obedezcan a ellos para el

mantenimiento del orden y para el bien común" (p.19).

Evidentemente, como reconoce el autor, las cosas

no fueron sencillas: "Sin embargo, la quema de iglesias y conventos el 11 de

mayo de 1931, y las expulsiones del cardenal Pedro segura y del obispo Múgica,

amén del artículo 26 de la Constitución, considerado beligerante e irrespetuoso

contra la Iglesia, crisparon los ánimos" (p.19).

Es verdad que desde los albores de la República

imperó una mentalidad inquisitorial contra la Iglesia, una situación de

desconfianza: libertad para todos, menos para la Iglesia. Por eso, son interesantes las palabras que Vidal y Barraquer dirigió a la nación en la

carta colectiva del episcopado español del 20.XII.31: "en el orden

estrictamente político no se debe en manera alguna identificar ni confundir a

la Iglesia con ningún partido, ni utilizar el nombre de la religión para

patrocinar los partidos políticos" (pp. 22-23).

Después vendrá la guerra civil y las dos posiciones

de Gomá y Barraquer frente a la Carta colectiva del episcopado español al mundo

en 1937. Gomá redactó la carta y Vidal y Barraquer se opuso por miedo a nuevas

represalias contra los católicos en la zona republicana y por evitar dar la

impresión de apoyar a Franco cuando todavía no se sabía en qué quedaría su

alzamiento.

El juicio del autor sobre la Iglesia en la época

de Franco es duro: "La Iglesia se sintió cómoda en aquella anómala situación de

cristiandad, donde el Estado era Estado de la Iglesia y la Iglesia lo era del

estado" (p.50). Frente a ella señala la crítica de Barraquer a la religiosidad

de los años cuarenta (p.59).

José Carlos Martín de

la Hoz

 

Feliciano BLÁZQUEZ, La traición de los clérigos en la

España de Franco. Crónica de una intolerancia
, ed. Trotta, Madrid 1991, 249

pp.