Identidad sacerdotal

 

Periódicamente, los grandes maestros, después de investigaciones, conferencias, Congresos y lecturas de gruesos tratados y de artículos científicos en revistas especializadas, se atienen a redactar obras sencillas y manuales.

En el caso que nos ocupa ahora, desearía presentar un manual de iniciación al tratado del ministerio sacerdotal elaborados por dos grandes maestros, uno proveniente del área de la historia y otro de la dogmática. Se trata de los profesores Miguel Ponce Cuéllar y Nicolás Álvarez de las Asturias.

Una de las cuestiones más interesantes abordadas por los profesores citados, en su interesante introducción al tratado sobre el sacerdocio ministerial, que acaban de publicar, con el significativo título de “Llamados y enviados”, es la cuestión de la identidad sacerdotal.

La identidad sacerdotal o naturaleza específica del sacerdocio ministerial en la Iglesia católica fue una cuestión ampliamente tratada en el Concilio Vaticano II y especialmente esclarecida en el Decreto conciliar denominado con toda claridad Presbyterorum ordinis.

Enseguida, abordarán nuestros autores la cuestión, en directo, acudiendo inmediatamente, a la encíclica de San Juan Pablo II, Pastore dabo vobis de 1991, donde la doctrina conciliar del ministerio sacerdotal fue actualizada y presentada a los fieles cristianos (99).

Así podemos leer en ese documento: “Es en el misterio de la Iglesia, como misterio de comunión trinitaria en tensión misionera, donde se manifiesta toda identidad cristiana, y por tanto también la identidad específica del sacerdote y de su ministerio” (Pastore dabo vobis, n.12).

Asimismo, nuestros autores abordarán estas palabras del Santo Padre recordando con profundidad teológica que: “La relación íntima existente entre la misión redentora de Cristo y la santificadora del Espíritu Santo hace patente que la Iglesia como Cuerpo de Cristo y Templo del Espíritu Santo son dos aspectos esencialmente vinculados. De aquí que, si queremos tener una clara comprensión del ministerio de la Iglesia y del ministerio sacerdotal, hemos de tener presente la autentica relación entre Cristo y el Espíritu” (100).

Precisamente, acerca de la dimensión transformadora del sacerdocio ministerial, señalan nuestros autores: “En la ordenación sacerdotal, celebrada ciertamente en y por la Iglesia, el ministro adquiere una responsabilidad que no está en manos de la Iglesia, sino que proviene de Cristo para que lo ejerza en favor de la comunidad eclesial. Por ello debemos concluir que este carisma ministerial no es una mera función ni aun un carisma sin más, sino que preside a todos los demás” (101).

José Carlos Martín de la Hoz

Miguel Ponce Cuéllar-Nicolás Álvarez de las Asturias, Llamados y enviados. Una introducción a la teología del sacerdocio ministerial, ediciones Palabra, Madrid 2019, 189 pp.