En cuanto el libro de Benedicto XVI ha salido a
la venta, han surgido opiniones sobre su contenido. Algunos han dicho que es un
libro para todos, otros han dicho que siendo un libro técnico, se lee de un
tirón. Pienso que puede ser de gran utilidad para cualquier cristiano
interesado en la figura de Jesús, o sea, deberían ser todos, pero sabiendo que
algunas partes son más difíciles de entender. Por eso estas líneas quieren ser
una pequeña ayuda, algunas claves para entender cada capítulo.
En el tercero se interna el Papa en la
predicación de Jesús, una vez que, pasado el episodio de las tentaciones,
empieza su vida pública. ¿De qué habla el Señor a aquellas gentes? "Está
cerca el reino de Dios", es la idea repetida por todo los evangelistas,
junto con una invitación a creer en el Evangelio, la buena nueva.
Sobre el significado de "el reino de
Dios", se ha escrito mucho. Los protestantes han hecho hincapié en un
sentido puramente escatológico: Jesús nos habla del más allá, tenemos que
pensar en el cielo. Sin embargo Benedicto XVI nos advierte que la
interpretación de los Padres de la Iglesia durante siglos es distinta. Existen
tres líneas de consideración del Reino. En primer lugar el reino predicado por
Jesús sería Él mismo. Está cerca el reino, porque está cerca Él, que es Dios
mismo. Ésa idea encierra toda una cristología que llevaría al significado de
quien es el Hijo del Hombre.
Otra opinión antigua presente, entre otros, en
San Jerónimo, es un planteamiento más místico: el reino está dentro de ti,
debes abrir tu corazón para dar cabida al Reino de Dios. Jesús nos trae a ese
reino, con su salvación en la Cruz. Jesús quería y reza porque el reino llegue a
su plenitud en cada uno de nosotros, demos cabida a la vida de la Gracia y
vivamos para Dios. Entonces Dios vivirá en nosotros como en un paraíso
espiritual.
La tercera dimensión en la forma de entender el
Reino es eclesiástica, muchos autores piensan simplemente en la Iglesia como un
Reino. La Iglesia nos trae la salvación, es el reino instaurado por Cristo y lo
que Él desea es que se extienda por todo el mundo para dar cabida a todos los
hombres.
Éstas versiones son válidas de un modo o de
otro, porque no se oponen entre sí, incluso un cierto planteamiento escatológico
tampoco se desecha ya que al final, el reino definitivo es el cielo. Pero sin
olvidar que el reino que Dios quiere instaurar no es tanto un reino futuro como
un reino trascendente. Dios trasciende y acoge todas las cosas, y está entre
nosotros, y ese Reino de los Cielos es ya una realidad eterna. Por lo tanto se
puede decir que cuando Jesús predica el reino está anunciando simplemente a
Dios. Por lo tanto dice Benedicto XVI, sería más adecuado hablar del Reino del
Señor, en la medida en que es Señor del Mundo y de la Historia.
En todo caso recuerda el Papa
que el reino de Jesús no es político: "En el ahora es Dios quien actúa y
reina, reina al modo divino, es decir, sin poder terrenal, a través del amor
que llega hasta el extremo (Io 13,1),
hasta la Cruz".
Ángel Cabrero Ugarte
Centro Universitario Villanueva
Para leer
más:
Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, La esfera de los libros, 2007
href="http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=6341">http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=6341
San Agustin, La
ciudad de Dios, Homo Legens, 2006
href="http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=5625">http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=5625
Raúl Berzosa, La Iglesia, sociedad y comunidad política, Desclée de Brouwer, 2007
href="http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=5517">http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=5517