La formación de Novalis

 

Algo tienen de especial los poemas inconclusos y a los fragmentos poéticos del malogrado poeta y precursor del romanticismo Georg Philippe Friederich Leopold Von Handerberg, más conocido como Novalis (1772-1801), para que hayan merecido tanta atención a lo largo de la historia.

Deseamos ahora detenernos, aunque sea brevemente, en la lectura de la última edición de las obras del poeta romántico del siglo XVIII alemán, Novalis, que ha realizado el ensayista y biógrafo Antonio Pau.

El trabajo ha sido publicado por ediciones Trotta con su buen gusto habitual y está dotado de una extensa biografía, completada con una síntesis historiográfíca y una perfecta bibliografía reciente del poeta.

Las obras completas de Hermsterhuis, un pensador holandés, fallecido en aquellos años, vinieron a completar las lecciones que Novalis había recibido sobre Kant por su preceptor y por Fichte en las clases a las que había asistido en la universidad de Jana.

Ahora como funcionario de la sal, con el golpe durísimo de la muerte de su novia Sophie, el espíritu sensible y poético de Novalis entra con toda su alma en el mundo de la filosofía: “En el mundo está el valor máximo -la armonía- y todos los valores inferiores. Hermsterhuis, precursor de la axiología filosófica que se desarrollaría en el siglo siguiente, no considera que los valores estén fuera del mundo, sino que sostiene que están dentro de él, en la realidad misma. El ‘órgano moral’ no es otra cosa que un sexto sentido que permite captar los valores” (73).

Lógicamente, ese sexto sentido, no será otro que la poesía y la inspiración poética, capaz de ir más allá, de captar valores y de estar abierto a la trascendencia, y sólo el poeta será capaz de expresar máximamente la belleza (74).

En el año 1797, nuestro joven funcionario de minas, e hijo de un ya veterano director de minas, se aventura a una nueva tarea y solicita del gobierno un tiempo de excedencia en la universidad de Freiberg para acudir a la Academia de minas y, por tanto, para realizar unos estudios científicos encaminados a profundizar y procurar: “ahondar en la íntima vinculación entre naturaleza y espíritu, entre física y metafísica, una vinculación que empezaba a entrever, y que la lectura de Schelling y la conversación con el filósofo le confirmaban” (77).

Allí se produce la conexión intelectual con un grupo de grandes científicos como Wermer, Lampadius, Lempe, Köhler, con quienes comparte un extraordinario amor por la naturaleza, junto a compañeros que vivían como él tantas facetas a la vez de la ciencia y el amor a la belleza. Es interesante, saber que, contemporáneamente su padre le regalará un caballo con el que podrá hacer escapadas a la vecina ciudad de Dresde y contemplar las obras de arte de Rafael, Ticiano y Rembrandt. Un complemento más para desarrollar toda su rica sensibilidad, como se ve en los poemas del tiempo (81).

José Carlos Martín de la Hoz

Antonio Pau, Novalis. La nostalgia de lo invisible, ediciones Trotta, Madrid 2019, 261 pp.