La Obra del Amor Misericordioso



            El
exhaustivo trabajo del Prof. Requena acerca de la historia de la Obra del Amor
Misericordioso, recorre desde las primeras locuciones divinas a Maria Teresa
Desandais, religiosa francesa de la Visitación de Dreux, hasta su
fallecimiento en 1943.


            Asimismo,
recoge los primeros pasos de la difusión de esta  devoción en Francia y
España. La más característica fue la Ofrenda: “En
1902 Desandais compuso la Ofrenda al Amor misericordioso. Se trata de la
oración más característica de la devoción al Amor
misericordioso que reza así: Padre
Santo, por el Corazón Inmaculado de María, os ofrezco a
Jesús, vuestro amado Hijo y me ofrezco a mi mismo en Él
–con ël-por Él- a todas sus intenciones y en nombre de todas
las criaturas.
Desandais recomendaba renovar a diario este ofrecimiento, de
modo particular, durante la Misa, en el momento de la elevación de la Sagrada Hostia”
(p.32).


            Respecto
a la constitución de una institución nueva en la Iglesia, ya en
1919 Desandais “insiste en que no se trata de una nueva devoción,
ni siquiera de una obra nueva, sino de un íntimo llamamiento a todos los
Amigos de Nuestro Señor” (p.44). Pero, ante los intentos de
algunos fieles de pedir a la
Santa Sede la aprobación de una Asociación de
Derecho Pontificio, en 1923, tuvo que volver a intervenir Desandais: “La
Obra del Amor Misericordioso no es nada nuevo, sino la misma Iglesia”
(p.114).


            Seguidamente,
el P. Durraux dominico de Friburgo tomó la dirección de la Obra y
 “Configuró la Obra del
Amor Misericordioso como una Colección o Biblioteca, cuyo objetivo
sería hacer llegar la vida cristiana, sólidamente vivida, a todos
los ambientes de la sociedad” (p.127).


            En
España es clave la vinculación del Amor Misericordioso con el
Padre Arintero, dominico y director de la revista Vida
sobrenatural
: “Cuando los primeros escritos del Amor Misericordioso
llegaron a España, y Juan González Arintero comenzó su
difusión, el dominico pondría gran énfasis en que los
primeros propagandistas no se dejaran seducir por sus pretendidos
orígenes sobrenaturales y se centraran en hacer descubrir su
sólida base doctrinal y su profunda espiritualidad” (p.64). Pocos
años después, en 1935, aparecerá una revista del Amor y
una Biblioteca de la Obra del Amor Misericordioso (p.136)


            Una
de las aportaciones de este libro es reflejar la piedad popular en la
España de los primeros treinta años del siglo XX. Como dice
Requena: “La voz de los papas se alzaba animando a los católicos a
descubrir la verdadera devoción al Sagrado Corazón. Del mismo
modo, la Obra del Amor Misericordioso se presentaba como la devoción al
Sagrado Corazón que necesitaban los tiempos modernos” (p.30).


            Finalmente,
la devoción al Amor misericordioso decayó en España en los
años 40. Paralelamente desde 1931 la religiosa polaca Santa Faustina
Kowalska fue recibiendo revelaciones. Pasaron muchos años para que se
cumplieran los deseos de Desandais: la Encíclica de Juan Pablo II, Dives in misericordia y la
institución de la fiesta del Amor Misericordioso en el primer domingo después
de la Pascua de Resurrección.


 


José Carlos Martín de la Hoz


 


Federico REQUENA, Católicos,
devociones y sociedad durante la Dictadura
de Primo de Rivera y la Segunda República,
ed. Biblioteca Nueva, Madrid 2008, 359 pp.