La verdad de los Reyes Magos



La famosa villa castellana de Covarrubias, en Burgos, fue fundada por el conde
Fernán González, allá por el siglo X: es un monumental
conjunto histórico-artístico alrededor de su
espléndida Colegiata. Entre tantas maravillas destaca una obra de arte
excepcional: el famoso Tríptico de los Reyes Magos labrado y policromado
con singular perfección y sentimiento en el siglo XV. Podemos contemplar
en el centro a la Virgen esbelta, gentil y solemne, que ofrece el mejor Don a
la humanidad: al Niño Dios que alarga con naturalidad su pequeño
brazo para curiosear aquellos regalos. San José, tan discreto como
siempre y en segundo plano, rebosa confianza y paz. Los tres Reyes
ricamente ataviados se muestran muy señores y reverentes. Aquí el
genial artista quiso jugar con el tres que siempre fue número de
perfección: Tres de Familia, tres Reyes, tres ofrendas, tres gorros o
tocados, y tres animales porque a la mula y el buey añade un perrillo
fiel.




Aunque l
a Navidad es noche de paz este año algunos han intentado
convertirla en motivo de discordia. Son varias las escuelas estatales que han
tirado a la papelera el belén que conmemora el nacimiento de Jesucristo,
un importante hecho religioso, cultural y artístico de nuestra sociedad,
como ha señalado Benedicto XVI. Porque algunos enseñantes
se han escudado en que la celebración de la Navidad podría herir
los sentimientos de los musulmanes, pero resulta que la Federación
Islámica ha dicho que son bienvenidos los belenes en
los colegios y espacios públicos, porque también ellos respetan a
Jesús. La polémica procede por tanto del laicismo que utiliza a
los musulmanes como pretexto, y ahora resulta que ese laicismo sí
establece fronteras entre los ciudadanos, creando división donde
había unidad y discordia donde había concordia. Es el fruto
amargo de una ideología antirreligiosa, nada neutral, que acusa
precisamente a las religiones monoteístas de dividir a los pueblos. Y
tenían razón entonces quienes han comentado que el famoso
discurso de Benedicto XVI en Ratisbona no era una
descalificación del islam sino una denuncia
del laicismo que frena se establece como nueva religión de Estado y
frena la libertad religiosa.




El encuentro de Jesús con otras razas y culturas supera aquel
nacionalismo estrecho y, desde ahora, la referencia para el creyente no
será la ciudad de Jerusalén sino la Persona de Jesús. Hoy
más que nunca sabemos que, por parte de los cristianos, no habrá
guerra de religiones porque, gracias a Dios, nuestra fe no es violenta y va
unida a la verdad y a la caridad. Aquellos Magos dan testimonio de ello a
través de su ciencia humana que les sirvió para descubrir a ese
Dios que muchos ven lejano porque no se mueven para buscarlo, mientras otros
quieren verle como un competidor de la autonomía del hombre. Sin
embargo, como esos Reyes o el autor anónimo del retablo de Covarrubias, los cristianos podemos dar testimonio de
Jesús cuando trabajamos con rectitud por el bien del hombre como
pedía Juan Pablo II: «Se necesitan heraldos del Evangelio expertos
en humanidad, que conozcan a fondo el corazón del hombre de hoy,
participen de sus gozos y esperanzas, de sus angustias y tristezas, y al mismo
tiempo sean contemplativos, enamorados de Dios».




En los tiempos amargos del terrorismo y de falta de unidad como los que estamos
viviendo es fácil caer en el pesimismo
existencial y en la dictadura del relativismo, olvidando las raíces
cristianas de nuestra cultura y del proyecto histórico europeo. Por eso
la Epifanía o manifestación de ese Niño como el Dios con
nosotros es una gran ocasión para decidirse a seguir la estrella, sin
conformarse simplemente con mirarla. Bueno sería que después de
esa fiesta de Epifanía los adultos intentemos parecernos a los
pequeños en la esperanza de los regalos que traen los Magos de Oriente,
y tan niños como esos sabios que han buscado con sacrificio la verdad y
descubren que Dios no siembra fronteras porque nadie queda excluido del amor de
ese Niño nacido en Belén de Judea.



Jesús Ortiz López


Doctor en Derecho Canónico




Para leer más:



Michael Burleigh, Poder terrenal. Religión y política en Europa, Taurus 2005


http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=4928



Juan M. Otxotorena, Permiso para creer, Eiunsa
2005


http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=3941



Andrés Ollero, España
¿un estado laico?,
Civitas 2005


http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=3765