Los fragmentos de Novalis

 

Cuando la revista Athenaeum publicaba algunos “fragmentos” escritos por el extraordinario poeta Georg Philippe Friederich Leopold Von Handerberg, más conocido como Novalis (1772-1801), bajo el título de “polen”, estaba desarrollando un nuevo modo de redactar literatura; la del romanticismo alemán de finales del siglo XVIII. A la vez, Novalis estaba colaborando con sus amigos en abrir una nueva línea de poesía y, en definitiva, un género literario.

De hecho, en ese número de 1798, los editores de la publicación “para transmitir a los lectores de la revista la idea de que tras ella había un grupo literario con una estética común, se pedía a los colaboradores que no firmaran con nombre y apellidos, sino con iniciales o con seudónimo” (94). Nuestro autor utilizó el seudónimo Novalis, que hacía referencia a un antiguo apelativo por el que se reconocía a su familia y que parecía provebir de la baja Sajonia y que significa en latín “terreno preparado para el cultivo, barbecho”.

Es interesante realizar una breve inmersión en esos escasos textos. estudiados y recogidos en la última edición de las obras del poeta romántico del siglo XVIII alemán, por Antonio Pau. El trabajo ha sido publicado por ediciones Trotta con su buen gusto habitual y está dotado de una extensa biografía, completada con una síntesis historiográfica y una perfecta bibliografía reciente del poeta.

En el aforismo con el que abre estos fragmentos, afirmaba Novalis: “Buscamos por todas partes lo absoluto y siempre y solo encontramos cosas”, y comenta Antonio Pau: “Más que como constatación de una actitud, esa idea aparece en la obra de Novalis como un deber: nos limitamos a rozar la superficie de las cosas en lugar de descubrir en ellas la huella de lo absoluto. En el hombre hay ya una inclinación innata que le orienta hacia lo absoluto” (96).

Los fragmentos tuvieron una gran acogida por el público, pues estaban impregnados de esperanza y terminaban con “toda ceniza es polen” (113). También los segundos, más políticos, a pesar de ser menos inteligibles también fueron bien aceptados y comentados por el público, entre otras cosas, por las ideas democráticas reflejas de la cercana revolución francesa (114).

Es interesante la caracterización del pensamiento de Novalis que hace Antonio Pau en ese tiempo, el final de la vida del poeta: “adoptaba una postura radical: a favor de la Revolución, a favor de la religión, a favor de la unidad cristiana, con abierta inclinación, además, por el catolicismo frente al protestantismo y lo hacía en un principado, el de Sajonia, marcadamente protestante (…). El romántico tiene nostalgia de un tiempo pasado -la Edad Media- y tiene nostalgia, también, si se puede llamar así, de un tiempo futuro más espiritual y armonioso. El romántico está incómodo en los días que le ha tocado vivir” (152). Los juicios de Novalis sobre Lutero son muy duros y, en cambio, sobre la Compañía de Jesús extraordinariamente elogiosos (154).

José Carlos Martín de la Hoz

Antonio Pau, Novalis. La nostalgia de lo invisible, ediciones Trotta, Madrid 2019, 261 pp.