Los humanistas del Siglo XVI



 


El historiador francés Desiré Nisard escribió esta obra
que ahora presentamos en el siglo XIX en plena discusión racionalista
romántica. El trabajo no ha perdido interés. Nisard se adentra en el siglo XVI
a través de tres personajes de gran calado Erasmo de Rotterdam, Tomás Moro y
Melanchton. Tienen de común el ser humanistas de primera fila y buenos
conocedores de la literatura clásica, tanto como autores y como editores.


Las diferencias estribarán en su planteamiento de la fe
cristiana y en su toma de posición respecto a la revolución que se dará a lo
largo del siglo a la tan ansiada Reforma de la Iglesia.


Tomás Moro alcanzará la santidad como mártir cristiano al
poner su fe y su conciencia por encima de la pretensión de Enrique VIII de
erigirse como cabeza de la Iglesia y el posterior cisma que produjo y que ha
llegado hasta nuestros días. Nisard se detiene a estudiar con maestría el
itinerario intelectual y espiritual que llevará a Moro al martirio.


Erasmo de Rotterdam será, para Nisard, el exponente de la
propuesta del humanismo a la reforma de la Iglesia desde dentro, pero sin cortar con ella y
sometiendo finalmente sus juicios al Magisterio eclesiástico. Sus esfuerzos se
dirigieron, en primer lugar, a propiciar un cristianismo interior. Asimismo, dirigió
duras diatribas ante la incoherencia y bajo nivel intelectual y espiritual de
gran parte del clero católico. Y, finalmente, impulsó el desarrollo de los
estudios exegéticos, más filológicos que teológicos, tanto de la Escritura como de los
Santos Padres. Todo ello será aprovechado, después de ser expurgado, en los siglos
siguientes, por la teología católica.


Melanchthon, un autor que habría pasado a la historia
como editor y comentarista de los clásicos latinos y griegos de la antigüedad,
acabó por convertirse en la punta de lanza de Lutero, sintetizador de su
doctrina teológica, autor de compendios, de memorandos, pactos, etc. En
definitiva, un interprete autorizado de Lutero, al que Lutero desautorizaba con
facilidad por lo cambiante de su humor y de sus textos.


A Melanchthon dedica el Prof. Nisard muchas más páginas
que a los demás, quizás por ser el autor menos conocido en esos momentos y por
ser más difícil su papel ¿Cómo defender la fe sin obras para salvarse, cuando
no creía en ello, o al menos como Lutero? ¿Cómo formular una teología cambiante
como la de Lutero?
¿Cómo explicitar una teología protestante cuando Melachton no era teólogo?
Estas y otras cuestiones son las que aborda Nisard en un logrado análisis de la
situación de la Alemania en el siglo XVI que a pesar de los años no ha perdido
interés.


En definitiva un libro que vale la pena leer con
atención, pues hay mucha reflexión histórica válida detrás de estas líneas.


 


 


José Carlos Martín de la Hoz


 


 


Desiré NISARD, Erasmo,
Tomás Moro, Melanchton, ed. Trifaldi, Sevilla 2010, 408pp.