Los
Ismaelitas


 


            De
vez en cuando se encuentran novelas históricas de calidad, y conviene
detenerse un poco sobre ellas. Es el caso de la reciente edición del
libro de Freidoune Sahebjan,
titulado El viejo de la montaña. AsmaSabbah y la secta de los asesinos, (ed.Edhasa, Barcelona 2007, 465 pp).


            El
tema planteado por este novelista es el problema de las sectas en el Islam.
Estamos acostumbrados en la cultura occidental a observar el Islam como una
unidad y, aunque Islam quiera decir Unidad, en realidad desde el principio no
lo fue, ni lo sigue siendo. Este es el fondo que quiere expresar el autor en su
novela.


            A
través del reencuentro de tres compañeros de estudio, al cabo de
los años, en la Corte del Sultán de Ispahán: el poeta Omar
Klayyan, el gran Visir Nezan-ol-Molk y Hasam
Sabbah, se nos relata las disputas interreligiosas en
la lejana Persia
del siglo XI en Ispaham.


            Freidoune Sahebjan, delinea
hábilmente el carácter desequilibrado de Asma Sabban,
esto le sirve para introducir, desde el principio, la mezcla de fanatismo
religioso y crueldad, con el que Sahebjan desea
caracterizar a la secta de los Ismaelitas y su rebelión contra el
sultán.


            Como
es sabido los Ismaelitas hashishíes, o
"Ismaelitas del Este" nacieron a finales del siglo XI, bajo el impulso
de Hassan-Ben-Sabbah, natural de Jorasán
(Persia). Sabbah logró apoderarse de la
célebre fortaleza de Alamut y desde
allí extendió su influencia por vastas regiones de Siria y
Persia, a través de un gran número de seguidores devotos.


            "El
viejo de la montaña", como se apodaba Sabbah,
falleció a los 90 años y pretendió ser el hudshet o encarnación del último Imán.
Es decir la encarnación del séptimo y definitivo profeta,
después de los seis grandes: Adán, Noé, Abrahám, Moisés, Jesús, Mahoma.


            La
novela tiene ritmo y no se entretiene demasiado en cuestiones teológicas
y jurídicas, que habrían complicado la narración. Tampoco
se detiene a desarrollar ni explicitar el fondo del problema. Más bien,
su objetivo es desenmascarar a los ismaelitas y denigrarlos. Lo que ocurre es
que el lector va de un sentimiento a otro, es decir en ocasiones parece
creíble y en otras, las más, queda escandalizado por los
métodos usados, poniendo en berlina la autenticidad del mensaje, por la
crueldad del mensajero.


            En
síntesis, una buena novela, bien recreada, con un cierto mensaje de
fondo, y con una lectura histórica que necesita un complemento para su
asimilación y contraste para su comprensión.


 


 


José Carlos
Martín de la Hoz


 


José Morales, Caminos del Islam, ed.Cristiandad,
Madrid 2006, 317 pp.