Los Papas Borja: hechos y leyendas



Indudablemente la memoria de estos papas valencianos ha alimentado
múltiples lugares comunes y ha dado lugar a historias al mejor estilo de
la mafia y de la novela de intriga. Como se demuestra en el manipulado
guión de la película que acaba de estrenarse en España.


Es importante, para que la historia sea maestra de vida, depurarla de
leyendas y falsedades. No es tarea
fácil, pues las mezclas son complicadas, y más en aquella
época del siglo XV, donde en el Papado estaban unidas la
soberanía espiritual, como
el Sucesor de Pedro, y la temporal,
como Señor de los Estados Pontificios.


Por lo demás, en la familia Borja, se dan ejemplos de santidad, como S. Francisco de Borja;
y de extraordinaria vitalidad, como, en el otro extremo, se da el caso del tan denostado Cesar Borgia.


Como marco, conviene recordar que estamos en el Renacimiento, en su
primera etapa del siglo XV, una época de las más discutidas
–y en ocasiones condenadas- de toda la historia del pontificado, pues al
esplendor cultural y de relaciones externas, se contrapone la falta de un
autentico espíritu religioso en el vértice de la jerarquía
eclesiástica.


Alfonso de Borja, futuro Calixto III, nació en la Torre de Canals, en
1378 hijo de un simple terrateniente. De formación canonista,
colaboró con el rey de la Corona de Aragón, Alfonso V el
Magnánimo desde 1417. Arzobispo de Valencia en 1429. Y Cardenal en 1444.
Enseguida se trasladó a Roma, donde vivió plenamente entregado al
servicio del Santo Padre, llevando una vida ejemplar de austeridad y de piedad.


El 8 de abril de 1455 fue elegido Papa, tomando el nombre de Calixto
III. Su elección fue inesperada. Su pontificado se centró en tres
aspectos: la cruzada contra los turcos, la defensa del equilibrio político
italiano conseguido en la paz de Lodi y la
consolidación de la autoridad papal en los estados pontificios.


El aspecto más negativo de su pontificado es el nepotismo: nombró
cardenales a dos sobrinos, Rodrigo de Borja y Luis Juan del Milá,
todavía jóvenes, y a un tercero, Pedro Luis de Borja, lo
nombró gobernador de diversas ciudades y territorios y capitán
general de las tropas de la Iglesia. Asimismo realizó otros
nombramientos de aragoneses en lugares clave de la administración de los
Estados Pontificios.


Evidentemente su nepotismo fue innegable. De todas formas,
desgraciadamente era la tónica general del siglo, y más en un no
italiano, que debía defender sus intereses en un ambiente muchas veces
hostil por la influencia de las poderosas familias romanas ya mencionadas. En
cualquier caso, sobre todo les concedió cargos administrativos no
vitalicios.


Alejandro VI nació en Játiva en 1430, hijo de Isabel de
Borja, hermana del Papa Calixo III, y de Juan de Borja. Fue enviado a Roma con
pocos años y en 1455 se
trasladó a Bolonia para comenzar sus estudios jurídicos en su
famosa Universidad y se doctoró. Fue nombrado cardenal por su tío
en 1456, con el desagrado de la Curia y Arzobispo de Valencia. En 1457 es elevado
a Vicecanciller. Desde entonces, hasta su elección como Pontífice,
se dedicó al gobierno de la Curia pontificia. En aquellos años,
desarrolló humildes servicios y recibió reprimendas papales por
su vida licenciosa, de la que constantemente se arrepentía.


Su elección en agosto de 1492, ha sido investigada
durante muchos años. La acusación de simonía ha planeado ha
dado paso a versiones más realistas de la situación Que
recayera la elección un Papa apoyado por el partido aragonés que
era mal visto por los italianos, se compensa por sus 35 años de Vicecanciller,
su carácter fuerte y sus dotes como jurista experimentado. Evidentemente
contrapesó su falta de santidad de vida y su escaso peso en las filas de
los que ansiaban la reforma de la Iglesia.


Como es bien conocido,
el Papa Alejandro VI, desarrolló durante su Pontificado (1492-1503), una
extensa labor de gobierno, siendo esta la faceta más favorable, y que
palia, en cierto modo, los efectos negativos de su conducta privada.



Es bien
conocido que su vida personal dejaba que desear, pues tuvo varios hijos después de ordenarse sacerdote.
La corte pontificia, se adecuaba a las otras cortes europeas, y rivalizaba con
ellas en esplendor y magnificiencia del renacimiento;
música, artistas, bailes, etc. Es verdad que a sus cuatro hijos les
favoreció: a Cesar Borgia lo hizo cardenal con
dieciséis años, le concedió el arzobispado de Valencia. Después
fue sobrepasado por los acontecimientos y tuvo que contemporizar con sus
desafueros. A Juan lo hizo Duque de Benevento y le
cedió posesiones de los Estados Pontificios. A Jofré
le otorgó el principado de Squillace en Calabria, dentro de Nápoles. Lucrecia fue moneda de
cambio para diversas alianzas matrimoniales. Si consta su ánimo dolorido
y contrito, con vehementes conversiones, especialmente en los años
finales de su vida.



El Papa Alejandro VI, destacó también por su impulso de Reforma
de las órdenes religiosas en España, puesta en marcha por el
Cardenal Cisneros, y en Francia por el Cardenal Jorge d’Amboise.
También bajo su Pontificado se produjeron los primeros pasos de la
Reforma de la Teología; renovación del colegio Monteagudo de
París, de la Universidad de Salamanca. Suya es la Bula de
erección de la Universidad Complutense de Alcalá.


Llegado el año 1500 impulsó el gran jubileo, para la
conversión de la cristiandad, como él mismo buscaba su
conversión con frecuencia. Fruto de ello es su decidido impulsó de
la devoción a la Virgen y del rezo del Santo Rosario.



José Carlos Martín de la Hoz


Academia de Historia Eclesiástica



Bibliografía:


Marion HERMANN-RÖTTGEN, La familia Borja. Historia
de una leyenda
, Valencia 1994,


Miquel Batllori,
La stirpe di San Francesco
Borgia dal Duecento al Cinquecento
, en
"Archivium Historicum Societatis Iesu" XLI (1972)
5-47 publicado con este mismo título dentro de su Obra completa, vol.
IV: La familia Borja,
a cura d'Eulàlia Duràn
(dir.) i Josep Soler Vicens (coord.), València
(= Biblioteca d'Estudis i Investigacions
21) 1994.


Sobre el nepotismo, en
general, de los papas del renacimiento puede consultarse la síntesis de
Manuel Martín Riego, Los Papas del Renacimiento, en Paulino
CASTAÑEDA DELGADO - José Carlos MARTÍN DELA HOZ (coord.), Enigmas
de la Iglesia
, Córdoba 1996, 47-61.


Miguel NAVARRO SORNÍ, Los Papas Borja, en José Carlos MARTÍN DELA HOZ
(coord.), Enigmas de la Iglesia Valenciana, Valencia 1997, 31-47