style='mso-tab-count:1'> En
el siglo III emerge en el cristianismo con gran fuerza la figura de
Orígenes (+254). Uno de los más grandes escritores cristianos de
todos los tiempos. Su figura fue controvertida, pero también ampliamente
reconocida. Sus obras han sido leídas hasta la actualidad.
style='mso-tab-count:1'> Entre
los muchos libros que escribió, destaca su Contra Celso, un trabajo en el que el rigor dialéctico de
Orígenes se muestra con todo vigor. Como es sabido Celso fue un filósofo
del siglo II, que publicó en el 178 una obra titulada “Discurso
verdadero contra los cristiano” que produjo gran impacto en su
época. En ella,
style='font-size:12.0pt;mso-ansi-language:ES'>acusaba a los cristianos de
practicar una religión irracional y sin tradiciones.
style='font-size:12.0pt;mso-ansi-language:ES'>
style='font-size:12.0pt;mso-ansi-language:ES'>En su respuesta
style='mso-bidi-font-weight:normal'>, Orígenes comienza por recordar
que “Los cristianos
han sido, combatidos por el Senado Romano, por los emperadores que se han ido
sucediendo, por el ejército y el pueblo hasta por los parientes de los
fieles, y se hubiera suprimido su doctrina, vencida por tamaña conjura
de asechanzas, de no haberla sostenido y levantado una virtud divina, hasta el
punto de vencer al mundo entero conjurado contra ella”. (I, 3, p.42).
style='mso-tab-count:1'> Y
más adelante, volviendo sobre este argumento de la Providencia divina
sobre la Iglesia, añade: “A quienquiera que examine discreta e
inteligentemente la historia de los apóstoles de Jesús, ha de
resultarle patente que predicaron el cristianismo con virtud divina y por ella
lograron atraer a los hombres a la palabra de Dios. Y es así que lo que
en ellos subyugaba a los oyentes no era la elocuencia del decir ni el orden de
la composición, de acuerdo con las actas de la dialéctica y
retórica de los griegos” (I,62, p.96).
style='font-size:12.0pt;font-family:"Times New Roman"'>Finalmente, nuestro
autor aduce la prueba definitiva: el martirio. No olvidemos que el propio padre
de Orígenes murió mártir, por tanto el ejemplo lo
tenía muy dentro de su corazón y, además él
sería también confesor de la fe en la persecución de Decio
(250): “Más si alguno piensa que todo esto son ficciones de los
autores de los evangelios ¿no serán más bien ficciones lo
que inspira el odio y rencor contra Jesús y contra los cristianos? La
verdad, empero, sólo puede estar en los que han demostrado la sinceridad
de su adhesión a Jesús afrontando todo sufrimiento imaginable por
amor de su doctrina” (II, n.11, p.118)
style='font-size:12.0pt;font-family:"Times New Roman"'>A lo largo de las
páginas de su extenso tratado, Orígenes va desmontando las
pruebas aducidas por Celso; su falta de rigor al excluir a los judíos de
los pueblos sabios y, en concreto a Moisés, mientras que alaba autores
style='mso-spacerun:yes'> de los que en tiempos de Orígenes
ya ni se conservaban sus obras, ni su recuerdo (I.8, p.54). Tampoco Celso mencionaba
a San Pablo para no tener que explicar su conversión (I, 63, p.98).
Celso mezclaba las Escrituras cristianas con las gnósticas, y manipulaba
las Escrituras según le interesaba. En definitiva, Orígenes
desenmascara a Celso cuando descubre que “niega crédito a los
evangelios para no tener que aceptar la divinidad que tan claramente afirmada
aparece en los mismos libros”. (I,
63, p.98). En cualquier caso, Celso con sus ataques confirmaba que Jesús
era tenido por los cristianos como hijo de Dios (I,26,
p.62). Esta es la cuestión clave.
style='font-size:12.0pt'>
style='font-size:12.0pt;font-family:"Times New Roman"'>
lang=ES-TRAD style='font-size:12.0pt'>José Carlos Martín de la
Hoz
ORIGENES, Contra
Celso, edición de Daniel Ruiz Bueno, ed.
style='mso-spacerun:yes'> BAC, Madrid 2001
lang=ES-TRAD style='font-size:12.0pt;font-family:"Times New Roman";mso-ansi-language:
ES-TRAD'>