La última novela de Fernando Aramburu ha sido uno de los grandes éxitos editoriales de los últimos años, probablemente nos habremos topado con algún lector del libro en el metro, en el tren, en el avión, en una sala de espera, en la playa… Quizá por mi reticencia ante los grandes éxitos de ventas, que a menudo no son sinónimo de calidad, no me animaba a leer Patria, pero un amigo mío periodista, que conoce bien el tema vasco, me aseguró que merecía la pena y decidí aprovechar las vacaciones.

He de decir que, desde el punto de vista literario, la novela tiene notable calidad. Está muy bien estructurada, en capítulos breves, con saltos en el tiempo que en ningún momento dificultan la comprensión del texto ni quitan intensidad a la trama, sino más bien lo contrario. Por otra parte, y este es uno de los mayores aciertos de Aramburu, los personajes están muy logrados, son de carne y hueso, el lector los siente cercanos, unos producen rechazo, otros compasión o desconcierto (el párroco del pueblo, por ejemplo) y algunos son realmente entrañables, como la cuidadora ecuatoriana.

 Hay alguna situación que me ha parecido en el límite de lo verisímil, como la reacción de la hija de la víctima de ETA al conocer la noticia del asesinato de su padre, pero el ambiente opresivo de la localidad donde viven los protagonistas, el entorno de los terroristas, el odio o la cobardía de muchos, el dolor y la impotencia de las víctimas están excelentemente descritos. También la evolución del hijo terrorista, a través de sus reflexiones en la cárcel, resulta creíble. Sobre el final, el amigo que me aconsejó la lectura discrepa un poco, pues piensa que, aunque es encomiable la apertura a la reconciliación que el autor deja entrever, piensa que, en realidad, en el País Vasco no se ha logrado aún una convivencia pacífica y justa, sobre todo en localidades pequeñas.

Por otra parte, la novela refleja también cambios profundos en la sociedad vasca, hay tensiones generacionales, una notable descristianización, que se muestra en las costumbres, en la desestructuración de las familias jóvenes y en esa pérdida del sentido moral ante las deletéreas acciones de ETA. El relato es muy duro, con algunos pasajes desagradables, pero se trata de un libro valiente, que ojalá ayude a entender la gravedad de uno de los episodios más dolorosos de nuestra historia reciente y el sinsentido de los nacionalismos.

Luis Ramoneda  

Fernando Aramburu. Patria. Ed. Tusquets 2016.

 

Comentarios

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Es una lástima que este artículo no figure, aunque sea parcialmente, entre los Comentarios al libro.

Me pregunto si no es contradictorio lo que se dice en el artículo, con el que estoy totalmente de acuerdo, con la escasa Valoración (2) que se hace del mismo.