Hace
unos años, en un viaje en TALGO Cartagena-Valencia, escuché una
conversación, desarrollada a voces entre un caballero, que se
presentó como empresario, y una enfermera. En un momento, levantando la
voz notoriamente, dijo: "La Iglesia debería modernizar su mensaje
y actualizar su moral, pues yo he estado en Nueva York
y, tal y como habla la
Iglesia Católica, no tiene futuro en el mundo".
No me pareció que valiera la pena intervenir en ese foro ferroviario.
Pero de hacerlo, hubieran bastado tres preguntas: "¿Cree usted que Dios existe?, ¿Cree que Dios se ha
revelado al hombre?, ¿Cree que esa Revelación le ha sido
entregada a la Iglesia para custodiarla y proponerla a los hombres hasta el
final de los tiempos
?"


            Pienso
que esas tres preguntas centran bien la cuestión. Desde
el punto de vista de la fe sobrenatural: yo creo que Dios existe, que se ha
revelado a los hombres muchas veces y de muchas maneras y de un modo definitivo
en la plenitud de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, y creo que
Jesucristo fundó la Iglesia para hacer vida sus palabras del día
de la Ascensión: "Yo
estaré con vosotros, todos los días, hasta el final de los
tiempos
" (Mt 28,28).


             Ahora bien,  se puede creer o no creer, pues la fe es
un don de Dios, que requiere respuesta. Dios respeta nuestra libertad: no
quiere esclavos sino hijos, y por tanto no nos fuerza, nos invita. De hecho
convivimos en una sociedad donde muchos de nuestros contemporáneos viven
como si no tuvieran fe.


            En este sentido vale la pena
recordar que la Iglesia y la fe que custodia, han sufrido ataques desde los
primeros siglos.
Es evidente que si la Iglesia fuera un montaje, habría desaparecido
ya hace mucho tiempo. El hecho de existir es una prueba de su sobrenaturalidad.


            Ahora bien, lo que se
está afirmando en estos últimos años y en determinadas
publicaciones es que los cristianos han sido engañados por la Iglesia. Lo que se
está insinuando es que no creían lo mismo que los cristianos
actuales. Además de seguir afirmando que lo que hemos creído era
falso. Se está diciendo que la Iglesia es un montaje. Ante esto, es
importante subrayar que científicamente se puede afirmar que los
católicos de todos los tiempos han creído en la divinidad de
Jesucristo, en la historicidad de la Escritura y la veracidad del dogma
católico. Esto es  algo
sólidamente asentado.


            Desde
el comienzo del cristianismo se ha puesto gran interés en conservar
tanto los textos Sagrados como la Tradición. Todo ello es una prueba del
valor que se les daba, y por tanto una prueba de su autenticidad.


            Finalmente
bastaría una lectura de la Colección Mansi,
de las Actas de los Concilios, de los Bularios, etc. Para comprobar la
continuidad maravillosa de la doctrina. Creemos lo mismo que los primeros
cristianos. .También es claro que los hombres y mujeres de nuestro
tiempo tienen, como siempre, sed de Dios: como decía San Agustín:
"inquietum est cor meum". Por eso
hemos de estar los cristianos capacitados, por el amor a Jesucristo y el
conocimiento de su doctrina, para dar razón de nuestra fe.


            José Carlos Martín
de la Hoz.


 


Para leer más:


 


Giovanni
María Viani, Filología e historia de los textos cristianos, Cristiandad,
2005


http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=4616


Julián
Marías, La perspectiva cristiana,
Alianza Editorial 1999


http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=1283