Teología de la liberación

 

Cuando la Congregación para la Doctrina de la fe en los años ochenta publicaba la declaración “Libertatis nuntius” con la que condenaba algunas teologías de la liberación que so capa de impulsar el desarrollo de la justicia en Latinoamérica, estaban implementando el marxismo y la lucha de clases estaba dictaminando, con conocimiento de causa, que aquella no era una solución ni teológica, ni pastoral.

En efecto, no puede ser cristiana la solución de provocar la violencia para contrarrestar la violencia y la opresión de parte de la sociedad con la violencia y, por tanto, dictaminaba que esa no era una solución cristiana al extremado conflicto social.

Que el tema sigue vivo, lo muestra la lectura del libro de conversaciones entre el famoso teólogo jesuita, Jon Sobrino (Barcelona 1938) y la experta en comunicación Charo Mármol, recientemente publicadas por la editorial PPC, que son unas páginas son verdaderamente de un gran interés histórico para los estudiosos y profesores de Historia de la Teología del Siglo XX en España y América.

Es interesante comprobar cómo el profesor Jon Sobrino reconoce con toda naturalidad como el marxismo y otros enfoques radicales se convirtieron en arma intelectual para intentar aplicar el evangelio a la evangelización de aquellos pueblos: la lucha de clases, el marxismo, la conciencia de clase, la lucha armada, eran de modo natural materia explicados a todos los niveles, en la UCA y en la catequesis de los pueblos (99).

En cualquier caso, no tiene inconveniente en reconocer poco después que algunas de sus tesis teológicas fueron criticadas por el “cardenal Ratzinger, entonces prefecto de la Congregación de la Fe, le pareció sin fundamento, absurda e incomprensible” (136).

Así pues, Jon Sobrino pasa por encima de la condena de sus tesis teológicas de entonces y de ahora, aunque tampoco dialoga con Ratzinger, parece tomar esas afirmaciones como una opinión sin demasiado fundamento. En cualquier caso, cuando explica las preocupaciones de la Congregación para la Educación Católica sobre la cristología que enseñaba en la UCA deja claro que la ortodoxia de su teología para él ninguna importancia, pues parece como si fueran ensayos sin demasiada o ninguna importancia (152).

En cambio, hay una faceta que es de gran importancia y de particular interés: el testimonio que aporta el padre Sobrino sobre la santidad de vida del Padre Arrupe y su sincero y confesado amor por Jesucristo y la fe que mostraba en su predicación y en sus obras, también en la tarea de gobierno de la compañía (173).

José Carlos Martín de la Hoz

Jon sobrino, Conversaciones con Jon Sobrino, ediciones PPC, Madrid 2018, 454 pp.