Annapurna

En 1950, ninguna de las doce cumbres que existen en la tierra de más de 8000 metros de altitud había sido conquistada. Ese año, una expedición francesa recibió autorización del rey del Nepal para penetrar en su territorio e intentar un ocho mil. Se trata de un grupo de guías del Chamonix, en los Alpes franceses. Liderados por Maurice Herzog, iban a intentar alternativamente el Dhaulagiri o el Annapurna, aunque ni siquiera contaban con buenos mapas de la zona. El Dhaulagiri, pirámide de hielo, se reveló imposible; sólo quedaba el Annapurna.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2008 Desnivel
400
84-9829-1440

Publicado por Editorial Juventud en 1961.

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Quisiera, ante todo, celebrar la colección Z de Editorial Juventud. Allá por los años 60, esta editorial de Barcelona publicó una serie de obras con hechos heróicos, que podían ir desde acciones de guerra hasta azañas deportivas. Otras editoriales catalanas trabajaban la literatura católica (Caralt), el humor (Janés), juvenil (Bruguera) o nos acercaban a la mejor literatura extranjera de la época. Nunca tantos -españoles- debieron tanto en el aspecto literario a tan pocos -catalanes-. Importa recordarlo porque los que se esfuerzan por separar a los dos pueblos sólo recuerdan lo que los separa, nunca el camino que han recorrido juntos. En 2008, la editorial Desnivel, de Madrid, ha reeditado este libro.

También es bueno recordar el prestigio del que gozaban entonces los deportes al aire libre. La lectura del libro nos plantea varios interrogantes. Maurice Herzog, autor del mismo y lider de la expedición, perdió los dedos de la manos y los pies en la aventura, por congelación. De los diez miembros de la expedición francesa, sólo Herzog y Lachenal hicieron cumbre, en tanto que el resto de ellos permanecía en los distintos campamentos dedicados a tareas logísticas.

La pregunta es ¿vale la pena quedar disminuido el resto de la vida para permanecer dos minutos en una cumbre a 8.091 metros? ¿Hasta qué punto el resto de los miembros de la expedición pudo quedar satisfecho de la azaña realizada por sus dos compañeros? Herzog se esfuerza por señalar que el éxito fue del conjunto de la expedición; y queda claro, ya que la logística es fundamental, con cinco campamentos en la falda de la montaña y un grupo importante de sherpas y coolies que organizar. No hablemos ya de la misión del médico, del fotógrafo o del encargado del material.

La última pregunta es más amplia. Los Himalayas están habitados, aunque la densidad de población no sea muy elevada. Herzog nos habla de aldeas aisladas, llenas de niños sucios y tan pobres que no tienen nada que vender a los expedicionarios. ¿Qué razón histórica ha llevado a determinados pueblos a instalarse en condiciones ambientales tan extremas? La pregunta es de aplicación a hombres y mujeres que viven en las montañas, pero también en desiertos o en islas. Ello nos habla, quizá, de la curiosidad y adaptabilidad de la naturaleza humana a todas las condiciones de vida.