Calle de la Estación, 120

Ambientada en la Francia de la segunda guerra mundial, Calle de la Estación, 120 es la primera novela de Léo Malet en la que aparece el detective Nestor Burma como protagonista.
Bob Colomer, ayudante de Burma, es asesinado en la estación de Lyon justo cuando acababa de reencontrarse con su jefe, recién llegado a Francia del campo de prisioneros alemán en el que había estado internado. Antes de morir, Colomer logra susurrarle una dirección: «Calle de la Estación, 120», la misma que Burma había escuchado en el hospital militar de un prisionero agonizante. A partir de ahí arranca una investigación en la que el detective tendrá que indagar en episodios de su pasado que ya creía enterrados y que le llevará de la Francia de Vichy al París ocupado por los nazis.Publicada por primera vez en 1942, Calle de la Estación, 120 es una apasionante novela negra pero también una descripción de la vida cotidiana en Francia durante la segunda guerra mundial, en la que el racionamiento, la división del territorio y las restricciones impuestas por los nazis son el escenario para la presentación de uno de los personajes míticos de la novela policíaca francesa: el detective Nestor Burma.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2010 Libros del Asteroide
248
978-84-92663-14-9
Valoración CDL
3
Valoración Socios
0
Sin votos
Interpretación
  • No Recomendable
  • 1
  • En blanco
  • 2
  • Recomendable
  • 3
  • Muy Recomendable
  • 4
Género: 

Comentarios

Imagen de ross

Calle de la Estación, 120 es su primera novela. En ella hallamos a una de “esas mujeres misteriosas que no se encuentran más que en las estaciones”, un detective privado en cuyos brazos muere uno de sus fieles colaboradores, una dirección susurrada por dos víctimas distintas y una trama armada como un reloj suizo. En la escritura de Malet encontramos una descripción de la vida diaria integrada en un drama policiaco pegado a la realidad, un sentido del humor sombreado por la lucidez, un mundo canalla y turbio que se desliza por el lado oscuro de la vida y una voluntad de sobrevivir de cuyo brazo se cuelga la capacidad de denunciar los vicios de una sociedad hipócrita, tanto se trate de biempensantes como de ocupantes de los bajos fondos