Comprender y sanar la homosexualidad

Comprensión y tratamiento de la homosexualidad para aquellos que desean salir de ella. La portada incorpora la advertencia: "Alguien que tú conoces necesita este libro". Es posible; pero leelo tú primero.

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2004 Libros Libres
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Encuentro en el Club del lector tres libros que proponen comprender la homosexualidad. Ya en 1990, el psiquiatra José Antonio Vallejo Nágera, en su libro póstumo "La puerta de la esperanza" se había referido a ello. 'Comprender y sanar la homosexualidad' da un paso más adelante al afirmar que la homosexualidad se puede sanar. Comprender la homosexualidad es una necesidad, sanarla plantea un interrogante: ¿Acaso la homosexualidad no es una opción libre, la llamada libertad de elección?, o, por el contrario, ¿no es un condicionamiento genético? De cualquiera de los dos modos no cabría hablar de sanación. Si es una opción del individuo porque las opciones igual que se toman se abandonan. Si es un condicionante genético porque la genética no se puede modificar. El psicoterapeuta Richard Cohen nos abre la puerta a un colectivo de pacientes que viven su homosexualidad con sufrimiento; muchos de ellos casados y con hijos –ésa es su opción libre- sin embargo se ven asaltados compulsivamente por deseos homosexuales. Estos deseos, producidos contra la voluntad propia, causan un gran sufrimiento, desequilibran la vida y la relación familiar y sumen a la persona en un profundo desconcierto. Algunos psicólogos aconsejan al que los sufre que se acepte tal cual es, que se deje llevar por sus deseos. Es una manera de ocultar el problema; como si se le aconsejara a un heterosexual compulsivo que se deje llevar de sus instintos, no se le hace ningún favor. Richard Cohen afirma que nadie nace homosexual sino que se hace, y que la causa está en los sufrimientos de la infancia, ordinariamente en los experimentados en el ámbito familiar. Cohen tiene una gran autoridad para afirmarlo porque: a) Él mismo sufrió esos impulsos y practicó la homosexualidad estando casado y siendo cristiano. b) Alcanzó la curación a través del itinerario que expone en el libro. c) Ha atendido a un gran número de pacientes en su misma situación, algunos de los cuales desesperaban salir de ella y habían llegado a pensar en el suicidio. Incorpora al libro los casos de algunos de estos pacientes. d) Proporciona una amplia bibliografía, en lengua inglesa, de otros psicólogos que se han dedicado a curar las heridas invisibles del espíritu. e) Sus razonamientos y explicaciones son absolutamente coherentes. Como inconveniente del libro diremos que es repetitivo a la hora de exponer las fases de la curación y las técnicas psicológicas que utiliza. En esa parte puede provocar aburrimiento y escepticismo. No es un libro para adolescentes, en los que podría crear confusión, sino para personas maduras dispuestas a reflexionar sobre su vida y su infancia con desapasionamiento. ¿Quién no ha sufrido heridas psicológicas en esa fase de la vida? ¿Quién no se ha sentido en ocasiones comparado o postergado, por no hablar del mundo terrible de los abusos sexuales? Por eso la obra de Richard Cohen es mucho más que un libro sobre la homosexualidad; es un libro sobre la infancia y las heridas psicológicas que se pueden experimentar en ella. En esa edad no se tiene todavía la capacidad de reflexionar sobre lo que nos sucede y las heridas se ocultan, produciendo un daño desde el subconsciente. Es lo que Cohen llama "el niño interior". El autor se remonta incluso hasta el embarazo (la conciencia de no ser un hijo no deseado) o a los sufrimientos del parto. Me parece una exageración, pero como hipótesis para el trabajo psicológico es admisible. Destacaría la tercera y última parte que, bajo el título de Compasión, facilita orientaciones para la familia y los amigos, y hace una valoración social del fenómeno homosexual. Pienso que el libro es muy interesante para psicólogos y educadores. Da consejos prácticos para tratar con amor a los homosexuales. También puede ayudar a aquellos que incurren en la homofobia. El autor es cristiano, no católico, subraya la importancia de los grupos de apoyo y algo fundamental: recuerda a la persona lo que vale por sí misma y como hijo amado de Dios.