Dios mío... ¿por qué?

Un libro de pésima doctrina. Al menos, en lo que respecta al pensamiento de Abbe Pierre. En sus páginas, encontramos una vez más, otro desafiante a la doctrina de la Iglesia y por lo tanto, del Santo Padre. La permanente actitud de confrontación lejos está de la tan aclamada renovación que algunos sectores de la sociedad reclaman a la Iglesia. Cuando hay tanta crisis moral e intelectual, la solución no pasa por derribar todo y construir algo nuevo, sino en vivir de un modo más coherente e íntegra la doctrina cristiana. Pareciera ser que muchos quieren una fe hecha a sus gustos y medidas, una fe light y relajada. La Santa Madre Iglesia se ha cansado de repetir que no se puede dar validez a la unión de homosexuales y a la ordenación de mujeres, por ejemplo, para citar a algunos casos. En este libro, se cuestiona duramente a Juan Pablo II y a la Iglesia. Y más grave aún resulta que un sacerdote, que debiera ser guía y fortaleza para los fieles, se empeñe en sacar a relucir supuestos dones intelectuales para escuchar los aplausos de la tribuna.