El coraje de ser católico

Corren tiempos de crisis en la Iglesia Católica. Los escándalos por abusos sexuales en Estados Unidos han puesto en entredicho la credibilidad del clero. George Weigel analiza las causas profundas que han llevado a que la Iglesia católica albergue en su seno a personas que dañan a los jóvenes y apunta que una crisis es también una oportunidad para la renovación.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2002 Planeta
225
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4
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Imagen de Porto

Es un escrito muy valiente sobre la situación de la Iglesia en Estados Unidos, a raiz de los escándalo sexuales, pero extrapolable a toda la Iglesia. No está escrito por un disidente sino por un hombre que ama a la Iglesia y que tiene orgullo de ser católico. Es duro al plantear la actuación cobarde y equivocada de algunos obispos y señalar que la crisis a la que se ha llegado en aquel pais se debe a la laxitud, a la falta de espíritu sobrenatural. la teología de la disidencia y del poco control en los seminarios y noviciados de los religiosos. Es muy interesante la tesis que manmtiene de que la reforma de la Iglesia patrocinada por Juan Pablo II apoyándose en el Concilio no ha sido respaldada por los Obispos, pero no solo de América sino de todo el mundo. No cae en el pesismismo sino que anima a aporvechar este momento para regenerar auténticamente a la Iglesia que saldrá todavía mucho más fortalecida.

Imagen de acabrero

Me ha parecido un libro de gran utilidad para los católicos. Creo que no sólo para los de EEUU. Los problemas que se denuncian no son exclusivos de allí, aunque no se puedan trasladar tal cual a otros países, ni tampoco a España. Pero creo que sería provechosa su lectura para que algunos tomen medidas. Más vale prevenir que lamentar.
Creo que es un libro valiente. Es indudable que su autor no tiene nada que perder y mucho que ganar, porque escribe como buen católico, convencido. Quizá haya muchas personas que hubieran dicho lo mismo, pero pueden tener las manos atadas para hablar con claridad. Denunciar o poner en entredicho ciertas estructuras de la Iglesia es siempre un riesgo, y no todos pueden hacerlo.
El estilo es periodístico y ágil. El libro se lee muy bien y engancha desde el principio. Pero es demasiado largo. Es un libro que hay que leer, pero que no hace falta leer entero. Ya sé que esto, para muchos buenos lectores, es una barbaridad, pero la verdad es que se puede dejar sin problemas en el momento en que uno piensa que ya no le dice mucho, porque casi seguro que ya no le va a decir mucho.

Imagen de rosmi

Sirviéndonos del mismo título del libro podríamos decir que hay que tener coraje para escribir este libro. Alguno podría pensar que es un ataque en toda regla a la organización actual de la Iglesia en Estados Unidos, y en el Vaticano. Pero lo valioso de este libro es que lo escribe un católico deseando hacer un bien a la Iglesia. Seguramente son muchísimas las personas que creen que la Iglesia está en una crisis importante, pero seguramente son muy pocos los que se atreven a decirlo. Además proponer soluciones ya parece un atrevimiento excesivo. Weigel no tiene nada que temer y no depende de nadie y dice lo que piensa. Habrá quien no esté de acuerdo con él, pero lo que se dice en este libro, de entrada, hará pensar a muchos. Lo que hace falta es que haya unos cuantos que tengan el coraje de leerlo.

Imagen de Germán

Los escándalos de abusos sexuales del clero han desatado en la Iglesia católica de Estado Unidos una crisis sin precedentes. George Weigel defiende en este atrevido libro que la reforma que necesita la Iglesia no consiste en acomodar la verdad al espíritu de los tiempos, sino en recuperar un catolicismo más auténtico y profundo.
En un análisis radicalmente nuevo, George Weigel analiza el fracaso de la Iglesia al no conseguir llevar a cabo la gran promesa espiritual del Vaticano II y su ulterior rendición a la cultura contemporánea, que ha generado lo que él llama “catolicismo light”. Sirviéndose de su conocimiento tanto de la Iglesia de Estados Unidos como de la curia romana, el autor explica como ese fracaso y esa rendición son los que han conducido a la gran crisis de 2002, y nos dice que para acometer una verdadera reforma debemos tener el coraje de ser más profundamente católicos.