El peatón de París

Recorrido por París de las primeras décadas del siglo XX, cuando era centro cultural al que acudían artistas, escritores, turistas de todo el mundo. El autor se fija en los detalles de lugares, ambientes y en personas de muy variada condición: intelectuales, aristócratas, artistas,escritores, pero también comerciantes, tenderos, hoteleros, gente de la farándula y de la vida nocturna..., en un clima de admiración por París y lo parisino, pero también con humor, ironía y nostalgia escéptica por un mundo que va desapareciendo. Muy bien escrito. Prólogo de Andrés Trapiello, traducción y glosario de Regina López Muñoz.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2014 Errata naturae
270
978-84-15217-80

Edición elegante y cuidada en rústica.

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Imagen de cattus

La prosa de Fargue es excelente, precisa, brillante, sugerente en la descripción de París y de sus gentes. Consigue meter al lector en la ciudad cosmopolita, en la que tradición y modernidad perviven, pero cuando ya se avecinan grandes cambios, estamos en 1939 cuando se publica el libro, y los nubarrones se ciernen ya sobre aquella ciudad alegre, frívola, despreocupada, mitificada, de finales del XIX y principios del XX. Por eso hay un fondo de nostalgia e ironía más bien escéptica. Fargue ama París y a los parisinos y se detiene en la descripción de calles, edificios, tiendas, costumbres..., y ofrece al lector gran variedad de personajes, tanto ilustres como de lo más vulgares. Magnífico el capítulo sobre los hoteles, por ejemplo. Un libro ya clásico de la literatura francesa del siglo XX, que se traduce ahora al castellano junto con una obra anterior, Según París, más fragmentaria y con un tono más onírico y surrealista.