El penitente

Después de sobrevivir al exterminio de los judíos en Europa, Joseph Shapiro se establece en los Estados Unidos donde amasa una gran fortuna. Es hijo y nieto de rabinos pero Joseph vive como un gentil. La llamada de Dios le alcanza a través de una experiencia humillante: la vergüenza que siente cuando llega a su casa y encuentra a un hombre –un colega de su esposa- saliendo a medio vestir por la puerta trasera. Joseph decide dejarlo todo y marchar a Israel. Va en busca del judaísmo que conoció siendo niño en la casa de su padre y de su abuelo.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1984 Plaza y Janés
207

Edición original de 1973.

Valoración CDL
3
Valoración Socios
4
Average: 4 (1 vote)
Interpretación
  • No Recomendable
  • 1
  • En blanco
  • 2
  • Recomendable
  • 3
  • Muy Recomendable
  • 4

1 valoraciones

4
Género: 

Comentarios

Imagen de enc

“El penitente” es una denuncia contra los judíos que, en Israel y fuera de él, viven como gentiles. Perfectamente asimilados, no cumplen la Ley de Moisés y cometen los mismos pecados que sus contemporáneos. Carnales y adoradores del dinero difícilmente creen en el Dios. Shapiro sabe que existe otra forma de vida, la que él conoció siendo niño en la escuela hasídica que regentaba su padre. Sabe que hay mujeres que no engañan a sus maridos sino que crían a sus hijos y trabajan duramente en el hogar o fuera de él. Hombres para quienes la sabiduría y no la riqueza es el objetivo último de su vida y que nunca se han planteado ser importantes. Shapiro no carece de argumentos para rechazar a los que le dicen que el judaísmo es una religión anticuada y que su Dios es injusto, como lo probaría la historia de Israel: “Prefiero –dice- hablar con el Creador injusto del universo que con un canalla de la KGB. Si Dios no es bueno al menos es sabio; mientras que los malvados son también imbéciles”. Toda la novela es un canto a la sabiduría escondida en los libros de Israel. Singer acierta al someter a juicio a la cultura contemporánea, ya que cultura no es más que la plasmación de los valores que mueven a una generación. La prosa de Singer es una delicia por su sencillez. Nos sorprende leer que la novela –que tampoco es demasiado larga- se publicó en forma de serial en un diario judío de Nueva York. Algo positivo tiene la literatura por entregas que todavía no ha sido analizado.