Goodbye, España

7 de febrero de 1968. Treinta y siete años después de partir al exilio, Victoria Eugenia de Battenberg, la «reina inglesa», regresa por fin a su amada España. Gracias a un permiso especial concedido por el general Franco, podrá asistir al bautizo de su biznieto don Felipe de Borbón, príncipe de Asturias. Durante los cinco días que permanecerá en Madrid, los recuerdos del pasado se sucederán vertiginosamente. Victoria Eugenia revivirá algunos de los cruciales acontecimientos históricos que pasó junto a su marido, el rey Alfonso XIII: las constantes intrigas y engaños del marqués de Viana, el brutal atentado cometido por el anarquista Mateo Morral el día de su boda, la traumática salida del país tras la proclamación de la República, el terrible estigma que transmitió a dos de sus hijos y que acabó con sus vidas, las reiteradas infidelidades de Alfonso... Esta obra maestra de la literatura recrea una vida llena de claroscuros. Profundamente enamorada de un joven Alfonso, Victoria Eugenia no dudó en convertirse al catolicismo para poder contraer matrimonio, ni en ayudar políticamente a su esposo ni tampoco en favorecer a los más indefensos, pero también fue acusada de espía durante la segunda guerra mundial y de mantener un romance con el duque de Lécera...

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2009 Martínez Roca
352
978-84-270-355

Premio de Novela Histórica Alfonso X el Sabio  2009

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Libro del mes: 
Noviembre, 2010

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Imagen de Azafrán

Mercedes Salisachs es ya una autora madura y esto queda patente en el estilo narrativo que elige para narrarnos la historia de la reina Victoria Eugenia Ena de Battenberg, esposa de Alfonso XIII.
Sobrina de Eduardo VII de Inglaterra y nieta de la reina Victoria de Inglaterra, conoce a Alfonso XIII a los dieciocho años, durante una visita del monarca español al Reino Unido. Probablemente, Alfonso la eligió por su aspecto físico como madre de sus herederos. Su primer hijo, Alfonso fue un bebé rubio, de ojos azules, y muy hermoso pero que sufría una extraña enfermedad, entonces, poco conocida: la hemofilia. La enfermedad del primogénito entibió la relación entre los monarcas y enturbió la infancia de los príncipes que fueron naciendo en palacio. El segundo, Jaime, también sufrió las consecuencias de una trepanación cerebral y quedó sordo. Fernando nació muerto. Dos niñas, Beatriz y Cristina y el benjamín, Gonzalo –también hemofílico- nacieron en palacio. Sólo Juan, don Juan -1913-1993, consiguió reunir las condiciones idóneas para convertirse en heredero.
Alfonso XIII buscó otros brazos y tuvo dos hijos más fuera del matrimonio con una artista de la farándula madrileña. Mientras el rey conservó el poder, la artista disfrutó de casa en el centro de la ciudad. Exiliado Alfonso XIII, la artista se entregó a un director de escena republicano cuyo futuro le pareció más prometedor. Mientras el rey la reclamaba desde el exilio sin conseguir su compañía.
Victoria Eugenia Ena, como inglesa, había pertenecido a la Iglesia Anglicana. Desde su infancia, según nos cuenta Mercedes Salisachs en su novela, reflexionaba en lo contradictorio del comportamiento de los reyes ingleses, como cabeza de la institución eclesiástica y sus vidas privadas. Esas incongruencias le llevaban a pensar que quizás hubiese otras confesiones religiosas más convincentes. Cuando descubrió la Iglesia Católica, encontró respuestas a sus interrogantes de juventud, así que convertirse al Catolicismo como paso previo para acceder a la corona española, no fue tanto una obligación, como una decisión asumida personalmente. Hoy día asistimos a gran número de conversiones entre los miembros de la Iglesia Anglicana, sobre todo a partir de hechos como la ordenación de mujeres y la aceptación y práctica de la homosexualidad entre los dirigentes de la mencionada confesión.
Victoria Eugenia Ena vivió en su país la fundación de la Cruz Roja a mediados del siglo XIX así que cuando llegó a España se propuso instaurarla y para facilitar la atención a los enfermos fundó la primera Escuela de Enfermeras en nuestro país. Ella personalmente se encargó de recaudar fondos.
Su vida en palacio, rodeada de gentes con costumbres diferentes, no debió ser nada satisfactoria. Además, el hecho de haber desplazado a su suegra, doña Cristina de Habsburgo en las recepciones, quizás tampoco contribuyó al entendimiento de ambas. Quizás también la reina madre no se sintiera muy feliz con el nacimiento de hijos poco sanos.
El libro narra el viaje privado que la reina Victoria Eugenia, desde su exilio romano, realiza a Madrid con motivo del Bautizo de su bisnieto Felipe, hijo de Juan Carlos. Franco no le permitió que realizase un viaje oficial pero el pueblo de Madrid, de alguna manera compensó este menosprecio con sus atenciones y visitas al palacio de Liria donde estuvo alojada.
El recorrido por las calles de Madrid, la visita a los Jerónimos, los otros palacios y monumentos de la capital de España actuaron como detonantes que hicieron revivir a Victoria Eugenia, aquellos años en los que sí era la reina de los españoles.
También es una disculpa para repasar los hechos históricos, muchos de ellos de final terrible para un país que deseaba crecer en democracia y respeto y que lo único que consiguió fue atropellos e injusticias que llevaron a la fractura social –política, territorial y religiosa. Las reflexiones de esta madre que perdió a muchos hijos, de esta reina que perdió su reino y que renunció a sus creencias de nacimiento para aceptar otras nuevas, vertebran el relato. Una forma intimista de entender un relato biográfico.

Imagen de acabrero

Me parece sorprendente que esta autora haya terminado este libro tan interesante a los noventa y tantos años. Algunos opinan que se nota un poco, en su escritura no tan ágil como antes, con rodeos y repeticiones, especialmente cuando vuelve sobre recuerdos de la reina, donde hay páginas muy lúcidas y algunas un tanto reiterativas. A mi, en todo caso, el libro me ha parecido de gran interés por el tema y muy ameno. Me parece que Salisachs consigue algo que no es nada fácil, introducirnos en la intimidad de los personajes, especialmente en el caso de la reina Victoria, protagonista y relatora. Me parece muy recomendable y a nadie le puede sorprender que tenga una visión monárquica de la historia de comienzos de siglo en España, porque para eso habla la reina.

Imagen de juliana

Me parece muy audaz centrarse en un solo personaje en la novela histórica porque es fácil situarla en el tiempo, momento social, entorno, personajes...etc. Mercedes S. escribe del mundo interior de la reina Victoria. Esto si no se tiene una fuente o no se tiene un documento personal, todo lo que se escribe es inventado.