Guía de curas con encanto

Guía de curas con encanto es la historia de un viaje que el autor realizó en 1995 por tierras de Chile, Argentina, Brasil, Venezuela y Cuba en búsqueda del misterio de la vocación sacerdotal. ¿Por qué hay personas dispuestas a dejar todo por atender al prójimo más desvalido? ¿Qué misteriosa llamada han recibido? ¿Cómo perseveran en ella? ¿Cómo la viven en la práctica?
Olaizola es fundamentalmente un novelista, con un peculiar sentido del humor, lo que le permite abordar cuestiones de tanta tras¬cendencia con la soltura y ligereza de un relato de humor... y de amor. Por las páginas de este libro desfilan personajes de la más variada condición, con un denominador común: todos son muy literarios y podrían protagonizar una novela. Pero el hilo conductor son los curas con que el autor tiene encuentros y jugosos diálogos, desde la Patagonia y las zonas antárticas del sur de Chile hasta la calidez caribeña de la isla de Cuba.
El resultado es algo más que un libro de viajes. Es un viaje profundo y divertido por los entresijos del alma humana que no se conforma con la felicidad que le brinda la realidad visible.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1996 Plaza y Janés
228
9788482394770
Valoración CDL
3
Valoración Socios
2.666668
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Molesto por las noticias negativas que aparecen en los medios de comunicación sobre sacerdotes y religiosos, José Luís Olaizola decide escribir un libro sobre el misterio de la vocación sacerdotal. El autor tiene una cita en Sudamérica para dar conferencias y aprovecha la ocasión para buscar sacerdotes que unan, al ejercicio de su ministerio, un interés literario. Son sacerdotes diocesanos, algunos de ellos asociados a la Prelatura del Opus Dei, y algunos religiosos: redentoristas y capuchinos. El recorrido comienza en una isla, la isla grande de Chiloé, en Chile. Es el punto habitado más cercano al círculo polar antártico. Lo atiende don Federico Montealegre, sacerdote hemipléjico, que a pesar de ello no ha abandonado a su feligresía. El viaje termina en otra isla, esta vez tropical, la isla de Cuba. Aquí la sorpresa es el P. Hilario Sautié, capuchino, que se ordenó sacerdote a los sesenta y ocho años y es rector del Santuario de San Antonio de La Habana. El P. Hilario es viudo dos veces, tiene cuatro hijos, ocho nietos y once biznietos. En Sudamérica debe haber miles de sacerdotes. Olaizola entrevista a una docena de ellos. La muestra, por lo tanto, es reducida. Queda claro, sin embargo, que el buen sacerdote es la base y el pilar de su iglesia. Él hace presente a Cristo en medio de la comunidad. Como Cristo, los buenos sacerdotes realizan los milagros del amor y el servicio a los demás por medio de una vida entregada y pobre. En compensación el pueblo cristiano los ama y los respeta. La mayoría de los sacerdotes a los que Olaizola entrevista desempeñan su ministerio con personas económica y socialmente desfavorecidas. Todos hablan de su vocación como de una llamada, un impulso, humanamente no siempre fácil de entender. Sin embargo todos se confiesan muy felices de ser sacerdotes. En mi opinión es el mejor libro de viajes que ha publicado el autor. Leer artículo >>