Huida y fin de Joseph Roth

Soma Morgenstern (Budzanów, Galitzia oriental, 1890-Nueva York, 1976) fue novelista, crítico y dramaturgo. Narra no sólo su relación de amistad con Joseph Roth, sino que hace una descripción del contexto histórico y cultural de la Viena de entreguerras. Su círculo de amistades está formado por personajes como Alban Berg, Stefan Zweig, Robert Musil, Otto Klemperer, Anton Webern, Hermann Broch, Ernst Bloch y Elias Canetti.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2008 Pretextos
403
978-84-8191-864
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Es oportuno fijarse en esta reedición de esta obra de Soma Morgenstern, que conoció bien desde joven a Joseph Roth, compartió trabajo en el Frankfurter Zeitung y lo acompañó durante los últimos meses de su vida en el exilio de París. No es una biografía completa, ni un estudio de la obra de Roth. Tampoco un acercamiento a sus claves. Son las notas nacidas del recuerdo de una amistad, que tienen por autor a un gran escritor a quien el tiempo y la historia robaron el merecido protagonismo. Morgenstern da algunas claves que ayudan a entender a Roth. Se figura en la pronta pérdida de su padre, su necesidad de estar siempre fuera de su casa, ya sea en el exilio territorial, en el de la literatura o en el de la bebida, que acabó matándolo “este soy yo, de veras: malo y borracho, pero lúcido”, tenía plena conciencia de su genialidad, tanto en los artículos periodísticos como en sus novelas, pequeñas y grandes, que cada vez ganan más adeptos. La obra de Morgenstern además nos abre a todo el universo cultural de la intelectualidad judía centroeuropea en el exilio. El autor mantuvo amistad con Alan Berg, Stefan Zweig (el filántropo siempre dispuesto a pagarle a Roth una cura de desintoxicación), Elias Canetti, Robert Musil (quien elogió en gran manera la primera novela de Morgenstern)… Morgenstern no escribe buscando el artificio literario, sino que resplandezca la verdad, que no siempre tiene los cantos pulidos que nos gustaría. Su libro, homenaje a su gran amigo, ha llegado a ser con el tiempo un homenaje a sí mismo y a todos los que hubieron de abandonar su patria en tiempos muy difíciles. Hay toda una generación que comparte la experiencia de la huida y que, sin embargo, han logrado legar a los generaciones sucesivas un testimonio de grandeza moral e intelectual. Si Morgenstern desnuda de alguna manera a su amigo Roth, lo hace con una pudicia que sólo es posible entre grandes amigos. Hay que agradecer a Ignolf Schulte un apéndice en el que no acerca a la figura de Morgenstern, y a Eduardo Gil Bera una traducción cuidada y notas explicativas.

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Se trata de una biografía de Joseph Roth, a partir de sucesos que Soma vivió o escuchó de él. De un modo muy sencillo, e irónico en ocasiones, va describiendo una amistad fuerte que pasa por encima de las muchas flaquezas de Roth. Queda muy bien perfilada una corriente de pensamiento común en todos los autores centroeuropeos del periodo de entreguerras. Mentes brillantes que vieron atónitas como un gran imperio era destruido. En su obra pretendían que la razón, el pensamiento intelectual siguiese vivo, por encima de ideas absurdas de totalitarismo antinatural. El hilo argumental no es continuo. Para los admiradores de todos estos escritores, es de obligada lectura. No es una biografía tradicional, es una forma de conocer una época histórica y una corriente de pensamiento intelectual, reflejados en hechos cotidianos. Hay que estar interesado en el tema y conocer algo de los otros autores citados. Si no, se puede hacer pesado.