José María Albareda

José María Albareda Herrera (1902-1966) nació en Caspe (Zaragoza). Estudió Farmacia y Ciencias Químicas. Amplió estudios en Alemania, Suiza y Gran Bretaña, especializándose en Edafología: estudio de los suelos. La Guerra civil española le sorprendió en Madrid. En esas circunstancias tan poco favorables conoció a San Josemaría Escrivá y solicitó la admisión en el Opus Dei. Meses después Albareda, Escrivá y otros socios de la Obra cruzaron a pie los Pirineos, por Cataluña, huyendo de la revolución instalada en la zona republicana. Terminada la contienda obtuvo cátedra en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Madrid. Por encargo del Ministro de Educación se hizo cargo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, organismo destinado a favorecer la investigación en España. En la década de los cincuenta fue nombrado Rector de la Universidad de Navarra, promovida por el Opus Dei. Ordenado sacerdote en 1959, compatibilizó la labor sacerdotal con sus demás trabajos. El 27 de marzo de 1966, Domingo de Pasión, antes de celebrar la Santa Misa sufrió un infarto de miocardio masivo y entregó su alma al Señor.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1970 Novelas y Cuentos
330
mkt0000012747

Subtítulo: "Una época de la cultura española".

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Al repasar la biografía de Albareda es fácil ver en él a un hombre del Opus Dei tal como San Josemaría Escrivá los buscó en sus inicios. Gran estudiante y trabajador, Albareda alcanzó un alto prestigio en su especialidad. Viajó y trató a sus colegas de todo el mundo. Cuenta el biógrafo, que después de ordenarse sacerdote Albareda asistió a un Congreso en los Estados Unidos y ofició la Misa dominical para los congresistas que quisieron asistir; al concluir la celebración se le acercó un célebre edafólogo ruso y le dijo: "¡Profesor Albareda! Sabe que no profeso ninguna religión, pero he querido asistir a su misa porque me pareció el mejor homenaje que podía ofrecerle". Sobre la competencia profesional y el trabajo de Albareda y de otros miembros del Opus Dei San Josemaría Escrivá levantó un proyecto muy deseado por él: la erección de la Universidad de Navarra, de la que aquél fue primer Rector. Albareda no era partidario de la superespecialización científica, ya que entendía que las ciencias y las humanidades han de integrarse al servicio de la verdad y del hombre. Ello hizo que desde el Consejo de Investigaciones Científicas fuese capaz de impulsar tanto los estudios científicos como las humanidades, y eso en cualquier lugar de España. Allí donde hubiese un investigador que necesitase ayuda, Albareda, desde el Consejo, estuvo dispuesto a prestársela. Se negó a hacer diferencias en base a las posiciones ideológicas que unos y otros hubiesen tenido en el pasado. En la España de aquellos años ser tachado de republicano era una condena al ostracismo. Albareda, que había perdido a su padre y a su hermano mayor en la zona republicana, no quiso utilizar los criterios ideológicos a la hora de impulsar la investigación. Por la misma razón apoyó a las instituciones culturales catalanas y fue una gran amante de Cataluña, donde se había refugiado su madre durante la guerra después de perder a su marido y a su hijo mayor. Don José María Albareda nunca rechazó ningún trabajo y murió joven, después de darlo todo de sí mismo.