La gloria de los niños

Pulgar, el nombre del protagonista, recibe de su padre moribundo el mandato de reunir a sus otros tres hermanos. A esa tarea se dedica el niño, que tiene a la vez las características de la más tierna infancia y algunos rasgos que lo vinculan a la picaresca española. Quizás todos los niños españoles han sido siempre así. Pulgar se convierte en el prototipo de la inocencia, que siempre es anhelada.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2007 Alfaguara
190
978-84-204-7030
Valoración CDL
4
Valoración Socios
3.727272
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Interpretación
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Género: 
Libro del mes: 
Mayo, 2009

Comentarios

Imagen de toñi hueso

Estamos ante una gran obra por su lenguaje y por su formas de narrar los acontecimientos de la vida de un niño que en la España asolada por la guerra debe cumplir el mandato de su
padre.
Da la impresión de que el autor se recrea excesivamente en el lenguaje como si fuera ese su único fin. A pesar de su riqueza de vocabulario y corrección sintácticos, se hace arduo de leer. Creo que es una prosa muy rebuscada que puede hacer desistir de su lectura a cualquiera que no esté muy acostumbrado a leer solo por el gusto de leer independientemente de la forma de llevar la trama. Hay bastantes fragmentos que hay que releer para captar su idea.
En cuanto a su temática, el autor hace recaer sobre Pulgar, un niño, una responsabilidad excesiva y que va cmpliendo al pie de la letra en las situaciones más dramáticas y que no parece fácil en la vida real. Puede resultar una lectura deprimente.
Está muy bien consegida la forma de entrelazar los acontecimientos actuales con los ocurridos a lo largo de la vida del personaje principal.

Imagen de amd

En este relato de posguerra, sobresale la figura del protagonista, un niño heroico: es Pulgar (como nuestro dedo), pequeño pero poderoso; como Pulgarcito (pero ya sin el cariñoso diminutivo), también perdido, esta vez en el “bosque” urbano de una ciudad en ruinas. Ambos pequeños, diminutos quizá para tan pesada carga, pero llenos de fuerza para vencer obstáculos y adversidades.

Igualmente otros nombres llenan de simbolismo la narración: la Madrina, Ninfa, Mundo, Enero… Este último, el novio frustrado de Rita, será su primer novio porque “por Enero empieza el año, la vida siempre tiene un comienzo, los meses y las circunstancias deben evitar el desorden” (p.110). Y entre todos ellos, por ser la hermana de Pulgar, destaca Ninfa, guapa y educada, más que una deidad mitológica parece una princesa, a la que dan cobijo “las hadas madrinas” en el capítulo 52, todo un homenaje a los cuentos de hadas, siempre maravillosos.

Lectura muy recomendable, para recrearse poco a poco, capítulo a capítulo, en su esmerada forma de expresión, y para reflexionar sobre las ideas, valores y virtudes que transmite la obra, como la valentía, la humildad, la resignación y la sabiduría.

Imagen de Artemi

El protagonista, un Ulises niño con una misión. Ésta se cumple porque así como el griego era piadoso, virtuoso y valiente, lo mismo puede decirse de Pulgar, que además de todo eso es un niño, con todo lo que esto supone.
La niebla da a todo el relato ese ambiente mítico, y la voz del Hada Madrina nos recuerda la verdad que encierran la sabiduría popular y sus cuentos. Sin ella Pulgar no habría cumplido su misión. La piedad es la que hace que Pulgar, decidido, cumpla el encargo de su padre. La virtud, la que lo hace posible. Su infancia, su inocencia, parecen hacer entender que sólo se puede ser así, valiente, piadoso, virtuoso, en esa edad. Yo no lo creo, y si mi interpretación es correcta, la única falla de esta magistral novela.
El último capítulo, tan intenso, una manera original y bella de acabar una novela, abriéndola al lector al tiempo que cerrándola.

Imagen de juliana

El libro aunque en un principio tiene un lenguaje un poco "engolado", nos introduce en la historia de un nino de la posguerra de cualquier país. Solo porque ha perdido a sus padres y debe encontrar a sus hermanos. Y con las penurias que esta situación conlleva.
Nada le hace desfallecer en su cometido hasta llegar al final que le ha pedido su padre en el lecho de muerte.
La novela es una muestra de la ingenuidad de la infancia y la madurez de la picaresca.

Imagen de acabrero

Pulgar es un niño abandonado, pero durante bastante tiempo no se considera a sí mismo como tal. Tiene una encomienda. Su padre, moribundo, le ha dado un encargo y él, niño maduro, se empeña en cumplirlo. Sin prisa pero sin pausa, busca a sus hermanos, dispersos entre los desórdenes del final de la guerra. Tiene pistas, pero la consecución del objetivo se ve mezclado con las necesidades de los adultos, desconocidos, perdidos, quizá más abandonados que él mismo, que necesitan del niño para sus asuntos privados. Pulgar accede, ayuda, colabora, pero no pierde en ningún momento la percepción de la meta. Protagonistas, la posguerra, la pobreza, las ruinas. Desde luego los hermanos y la madre, muerta por una bala perdida, pero que está siempre presente; y la madrina, que surge, sabia, en cada recodo de una historia que marca al lector. Una recreación magistral de esos años duros y de la ingenuidad de la infancia. Muy recomendable…para adultos.

Imagen de wonderland

La Madrina, que sólo conocemos a través de los recuerdos de Pulgar es para él como un hada que lo va conduciendo para que no desfallezca en el cumplimiento de su misión y conserve siempre esa ilusión y esa bondad. También en los distintos encuentros, con personajes que pueden ser de la posguerra o pertenecer a cualquier tiempo mítico, se ve la estructura de una recopilación de cuentos. Estos parecen cumplir la función de distraer al niño de su misión, pero no lo consiguen, porque es de corazón fuerte. Y para eso está la Madrina, que siempre aparece entre los sueños y el recuerdo para que no desfallezca. Es por ello este un libro mágico, lleno de personajes a la vez irreales y posibles, que nos retrotrae a nuestra propia infancia y nos permite admirar la heroicidad que se esconde en la inocencia.


Luis Mateo Díez es miembro de la Real Academia de la lengua, y el libro está excelentemente escrito. Pero, además, resulta ser una fábula extraordinaria sobre la niñez y la importancia de que no se pierda. Especialmente oportuna para nuestros tiempos en que la televisión, algunas pretensiones educativas y muchos roles sociales, se la escamotean a los niños. Por eso podemos decir de él que es fabuloso, y en todos los sentidos de la palabra.

Imagen de almudena

Recuerda el estilo de "La busca". Es un relato dramático, tierno, entrañable, emotivo, intenso, expresionista, imaginativo, inolvidable, comprometido, ingenuo, triste, delicioso, BRILLANTE. Uno de esos libros que hacen que el espíritu se reconciliE con la humanidad.