La ley del menor

Acostumbrada a evaluar las vidas de los demás en sus encrucijadas más complejas, Fiona Maye se encuentra de golpe con que su propia existencia no arroja el saldo que desearía: su irreprochable trayectoria como jueza del Tribunal Superior especializada en derecho de familia ha ido arrinconando la idea de formar una propia, y su marido, Jack, acaba de pedirle educadamente que le permita tener, al borde de la sesentena, una primera y última aventura: una de nombre Melanie. Y al mismo tiempo que Jack se va de casa, incapaz de obtener la imposible aprobación que demandaba, a Fiona le encargan el caso de Adam Henry. Que es anormalmente maduro, y encendidamente sensible, y exhibe una belleza a juego con su mente, tan afilada como ingenua, tan preclara como romántica; pero que está, también, enfermo de leucemia. Y que, asumiendo las consecuencias últimas de la fe en que sus padres, testigos de Jehová, lo han criado, ha resuelto rechazar la transfusión que le salvaría la vida. Pero Adam aún no ha cumplido los dieciocho, y su futuro no está en sus manos, sino en las del tribunal que Fiona preside. Y Fiona lo visita en el hospital, y habla con él de poesía, y canta mientras el violín de Adam suena; luego vuelve al juzgado y decide, de acuerdo con la Ley del Menor.

Con lo que ocurre después para ambos compone IanMcEwan, con un oficio que extrae su fuerza de no llamar nunca la atención sobre sí mismo, una pieza de cámara tan depurada y económica como repleta de conflictos y volúmenes; una novela grácil y armoniosa, clásica en el mejor sentido de la palabra, que juega su partida en el terreno genuino de la escritura más indagadora: el de los dilemas éticos y las responsabilidades morales; el de las preguntas difíciles de responder pero imposibles de soslayar. La ley del menor habla del lugar donde justicia y fe se encuentran y se repelen; de las decisiones y sus consecuencias sobre nosotros y los demás; de la búsqueda de sentido, de asideros, y de lo que sucede cuando éstos se nos escapan de las manos: lo hace con la seguridad tranquila de un maestro en la plenitud quintaesenciada de sus facultades.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2015 Anagrama
216
978-84-339-7935
Valoración CDL
3
Valoración Socios
3
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Imagen de JavierCanals

Novela relativamente corta, pero muy densa, del escritor británico Ian McEwan. En este libro se basa la película “El veredicto”, que salió a las pantallas el año pasado. La novela difiere en puntos importantes de la película y plantea los temas de fondo con mayor profundidad, especialmente en lo que a la protagonista se refiere.
Fiona Maye es una jueza de 59 años especializada en temas familiares. Se hizo famosa por una sentencia en la que decretó la separación quirúrgica de dos hermanos siameses, consciente de que la separación y la salvación de uno de ellos pasaba por la muerte provocada del otro, que no tenía posibilidades de una vida autónoma. Este y otros casos la persiguen en sueños y hacen que haya descuidado la vida familiar. Su marido, geólogo, no piensa en renunciar al matrimonio, pero le pide permiso para tener una aventura temporal con una joven. Fiona reacciona indignada y le sugiere que, si procede así, deberá abandonar inmediatamente el hogar común. Durante esos mismos días, Fiona debe dictar sentencia en un caso que la afecta también profundamente. Adam Henry, un chico algo menor de 18 años, Testigo de Jehová como sus padres, está en el hospital para el tratamiento de su leucemia, pero se niega a recibir transfusiones de sangre. El hospital lleva el caso a juicio, y la jueza tiene que decidir con carácter de urgencia si se debe obligar al chico a aceptar el tratamiento. Antes de la vista final, Fiona decide visitar al enfermo para hacerse personalmente una idea de la situación.
El autor trata con gran respeto la religión de los padres, al igual que los problemas de conciencia que se dan en otros casos vistos por la jueza. Una vez dictada la sentencia, y con sus problemas familiares aún sin solucionar, Fiona se da cuenta de que el bien del menor, como base legal para su decisión, implica mucho más que un simple tratamiento. El libro trata o incoa implícitamente temas de gran relevancia, como la libertad religiosa, el papel del Estado, la necesidad de una orientación para poder sobrevivir en la vida y la conciliación de vida familiar y laboral.
La prosa es agradable, el ritmo adecuado, y las frecuentes alusiones a la música enriquecen a mi modo de ver la experiencia del lector. La considero una novela muy recomendable.